Los rebeldes hutíes de Yemén podrían ampliar sus ataques de represalia por la guerra de Israel en la Franja de Gaza saboteando los cables submarinos de telecomunicaciones que pasan por el estrecho de Mandeb, según un artículo de opinión publicado en la página web del Gulf International Forum.
La autora de la nota afirma que un canal de Telegram vinculado a los hutíes publicó a finales de diciembre un mapa que muestra las redes de cables submarinos en el mar Rojo, el Mediterráneo, el Arábigo y en el golfo Pérsico.
«Hay mapas de cables internacionales que conectan todas las regiones del mundo a través del mar. Parece que Yemen se encuentra en un lugar estratégico, ya que cerca de él pasan líneas de Internet que conectan continentes enteros, no solo países», decía el mensaje que acompañaba la imagen.
Aunque la declaración no especifica un objetivo, la amenaza coincide con el momento de los ataques hutíes contra los buques comerciales sospechosos de dirigirse hacia Israel o tener vínculos con el país hebreo, señala el artículo.
Desde mediados de octubre pasado, los insurgentes han lanzado más de 100 drones y misiles a barcos que entraron en el estrecho de Mandeb —que enlaza el mar Rojo con el golfo de Adén—, por el que pasa alrededor del 10 % del tráfico marítimo global. Los ataques obligaron a algunas compañías navieras a desviar la navegación hacia el cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica, encareciendo los costes y el tiempo de tránsito.
Los ataques indujeron a EE.UU. a formar una coalición naval internacional para defender el tráfico, así como a lanzar ataques aéreos conjuntamente con el Reino Unido contra varios objetivos de los rebeldes.
No obstante, los hutíes no manifiestan ninguna voluntad de detener los ataques basándose en su determinación de jugar un papel importante en la región. Asimismo, mientras siguen creciendo los temores de que el conflicto en Gaza se amplíe, los aliados de los hutíes también han llegado a mostrar interés en los cables submarinos. Tanto el movimiento libanés Hezbolá como varias milicias iraquíes asociadas con Irán han hecho respectivas publicaciones sugiriendo dañar estas líneas de fibra óptica, afirma la autora.
Además, señala que en un mundo cada vez más dependiente de Internet, cortar estos cables desconectaría países enteros afectando, entre otros, al sector financiero y las comunicaciones gubernamentales y militares.
El estrecho de Mandeb es «uno de los tres únicos puntos de congestión de cables del mundo», lo que aumenta potencialmente el impacto de un sabotaje en estas líneas, agrega.
Considerando la relativamente poca profundidad de las aguas en la zona —no supera los 100 metros— los insurgentes no requerirían de avanzadas tecnologías de sumersión, tales como submarinos, y podrían limitarse a buceadores dotados de minas navales para dañar los cables, valora la autora del artículo.
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