«Jugamos muy bien, pero ahora estamos en un momento en el que nos pasa eso: creamos y creamos, pero concedemos goles en la primera ocasión que tiene el rival», decía Pep Guardiola entre gestos de satisfacción y resignación. Razón no le falta. Su equipo no está jugando tan mal como dicen los resultados. De hecho, ha perdido muchos partidos ante conjuntos que han jugado bastante peor que el suyo. Pero el City está en un momento en el que todo le sale mal.
Un penal que para el portero, una doble ocasión que nadie sabe cómo no entra, un remate de volea del rival, casi con el exterior, que se cuela en toda la escuadra cuando se podría haber ido al quinto anfiteatro… Cierto es también que este equipo poco se parece al que trituraba rivales hace no demasiadas semanas. Está teniendo lesiones importantes, sí. Tiene a algunos de sus mejores jugadores en baja forma, también. Pero una plantilla y un técnico como Guardiola deberían ser suficientes para ganar partidos como ante el Everton.
Mala suerte y falta de puntería, pero también una falta de creencia en lo que se hace. Con el 1-0, el Manchester City pudo activar la maquinaria y pasar por encima del cuadro ‘toffee’, pero decidió resguardarse, bajando la presión y dejando que el rival subiera líneas. Necesitó tan solo una para llevarla a guardar y volver a poner nervioso a un equipo que ahora mismo es un mar de nervios.
Un equipo que se descose atrás
Porque parece que cada uno juega a una cosa distinta. Haaland quiere marcar como sea, Savinho se quiere ir de cuatro antes de pasarla y a los jugadores parece que cada vez les cuestan más las vueltas cuando no se llega a la presión y toca regresar a tu posición. Demasiadas facilidades para que el rival, con dos o tres pases, se te plante en tu propia área con cierto peligro. Incluso este Everton al que no le marcan muchos goles, pero le cuesta horrores generar. Tuvo el partido en su mano, de hecho.
«El fútbol es ganar, el fútbol es marcar goles y no encajar goles y siempre lo hemos hecho. Y esta temporada o este último mes, mes y medio, no somos capaces de hacerlo…», sentenciaba Pep tras el duelo. Una crisis de resultados sin precedentes para el técnico ‘citizen’.
Y es que el Manchester City acudía a este duelo siendo el peor equipo en las últimas ocho jornadas de toda la Premier League habiendo sumado tan solo 4 de los últimos 24 puntos. Ahora, la mala dinámica se eleva hasta los 5 de los últimos 27. Un desastre que, ahora mismo, no se sabe cuando se va a acabar. O Guardiola da con la tecla o el City tiene muchos números de tirar toda una temporada por la borda./Escrito por Albert Gracia para Sport
/José Pablo Verdugo