Antes del viernes pasado, cuando Jackson presentó su renuncia, en la centroizquierda tenían claridad de que el otrora factótum de Boric no estaba dispuesto a irse solo, por la carga simbólica que tendría aquello, sino que de la mano del ministro Montes, el primer cortafuegos de La Moneda en la crisis. Los socialistas rechazaron que Montes pagara ese costo, lo que para algunos trabó una idea que hace algún tiempo le habría hecho sentido al Presidente. Finalmente, justa o injustamente, Jackson terminó pagando parte del costo del caso Convenios, como pedía la oposición, y el ex senador PS permaneció en el Ministerio de Vivienda.

Qué observar. La mañana de este miércoles, lejos del vértigo del cambio de gabinete en La Moneda, el ministro Carlos Montes se trasladó a una actividad en Lampa.

  • Montes, a esa altura, tenía claro que seguiría al mando de Vivienda, un asunto que para algunos no estuvo claro en un momento.
  • El viernes, Jackson había presentado su renuncia a Boric, en medio de un panorama que hacía inviable su permanencia: A la fuerza que tomaba la acusación constitucional que para entonces habían anunciado los republicanos se sumaban voces del Socialismo Democrático que pedían que el otrora factótum de Boric diera un paso al costado, con el objetivo de despercudir la paralizada agenda del gobierno, entrampada desde que la oposición pidió la salida del ex ministro para sentarse a dialogar sobre las reformas con la administración Boric.
  • Días antes, sin embargo, en la centroizquierda era un secreto a voces que Jackson, sea cual sea el cuadro que enfrentara, no estaba dispuesto a abandonar solo el gabinete, dada la carga que suponía marcharse de la administración Boric siendo tildado por los republicanos como “el rostro de la corrupción en Chile”.
  • En altas fuentes oficialistas tenían para entonces fuertes sospechas e indicios de que Jackson apostaba a irse junto al ministro Montes, el primer cortafuegos de La Moneda tras la crisis que gatilló Democracia Viva.
  • De ahí que los socialistas, al menos desde el mes pasado, enviaron señales a La Moneda de que Montes no podía pagar el costo de una crisis que tiene como actores principales a RD y su fundador.
  • Para nadie en el gobierno era un misterio además que la relación de Montes y Jackson estaba lejos de atravesar un buen momento y que ambos transitaban en caminos opuestos en medio de la crisis.

Las contradicciones por el Consejo de Auditoría. La prueba más nítida de aquello, probablemente, ocurrió hace dos fines de semana, cuando el ministro de Vivienda cuestionó la decisión adoptada en junio de 2022 por el Consejo de Auditoría del Estado -dependiente de la Segpres, entonces liderada por Jackson- de instruir cambios clave en el reporte de las transferencias de las fundaciones, los que apuntaban a un debilitamiento de la fiscalización de estas organizaciones

  • “No soy experto en esta materia, pero eso claramente habría dado luces para anticipar los riesgos que se estaban corriendo y los hechos que podrían ocurrir”, dijo el sábado pasado, en un punto de prensa.
  • En clave política, la frase de Montes supuso una diferencia sustantiva con Jackson, probablemente sin imaginarse que días después los republicanos tomarían el caso del Consejo de Auditoría del Estado como uno de los aspectos fundantes de su acusación.
  • Así, al día siguiente, pero esta vez a través de un comunicado, Montes puso freno de mano a sus declaraciones. “Quisiera precisar que me referí en términos generales al rol que, considero, debe cumplir el Consejo”, sostuvo. “Sobre los gastos que dejaron de solicitarse en junio de 2022, y habiendo recabado toda la información, quiero señalar que por ser muy agregada no habrían permitido determinar potenciales irregularidades específicas del caso Convenios”.
  • Para pocos fue una sorpresa que en La Moneda no agradaron los dichos de Montes, más aún cuando hasta ahora se han circunscrito los cambios en el sistema de reportes de las fundaciones a una decisión adoptada en forma autónoma por la auditora general Daniella Caldana, lo que para la oposición aparece como una tesis inverosímil.
  • El punto es que días después, el ministro de Vivienda volvió a referirse al ente auditor.
  • “Yo no era experto y, como tal, me informé después más y la vida demuestra que los informes del Consejo no son los más completos y, por lo tanto, no se conoce la especifidad de muchos proyectos y eso hay que reformarlo, al Consejo hay que reformarlo”, indicó.

El factor Boric. Hasta la segunda quincena de junio, ningún dirigente de la cúpula socialista había salido a defender a la diputada Catalina Pérez (RD) tras la irrupción del caso Democracia Viva, pero tampoco la habían atacado. El fair play lo rompió el presidente de Revolución Democrática, Juan Ignacio Latorre, al señalar que la entonces subsecretaria de Vivienda Tatiana Rojas (también RD) había puesto en conocimiento a Montes de lo que ocurría en la fundación antes de que el caso explotara públicamente.

  • Latorre se desdijo, y La Moneda reaccionó con malestar, pero desde esos días comenzó a circular en el Socialismo Democrático la versión de que el Presidente Boric era partidario de la idea de que si se iba Jackson del gabinete, también lo debía hacer Montes.
  • El problema fue que en el mundo socialista rechazaron en forma tajante esa posibilidad, lo que importantes figuras del oficialismo pensaron que terminó retrasando un posible cambio de gabinete.
  • El destino de Jackson comenzó entonces a configurarse.
  • Poco antes de la acusación de los republicanos, la ministra Tohá había dado señales públicas de que, de cesar la presión de la derecha por su remoción, Jackson podía salir del gabinete.
  • La lógica, aparentemente, tenía relación con un ejercicio de realismo político. Para entonces, su presencia en el equipo de Boric estaba haciendo cada vez más cuesta arriba el control de la agenda: el 89% quiere que salga del gobierno, de acuerdo a una encuesta Panel Ciudadano UDD, y la mayoría lo asocia al escándalo del caso Convenios, según Cadem.

Original de ex-ante.cl

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