Quedan sólo cuatro días para el desarrollo del Plebiscito de salida del segundo proceso constitucional, y que dejará, tal como lo dijo el Presidente Gabriel Boric, el «veredicto definitivo» de la ciudadanía sobre aceptar o no una nueva Carta Magna que ponga fin a la discusión constitucional.

A diferencia del Plebiscito de 2022, la antesala que marca el nuevo proceso es distinta, y eso, según los analistas, podría dejar abierto un espacio para que algunas comunas «bisagra» o «clave» -debido a su gran cantidad de votantes-, puedan mostrar alguna sorpresa en alguna de las dos preferencias; ya sea A Favor o En Contra.

Eso, mientras ambas campañas ya agotaron sus estrategias, aunque con poca adhesión ciudadana y poco impacto en terreno: el despliegue televisivo y las redes sociales fue el foco más fuerte. El A Favor se la jugó por marcar un «hito» con el «y que se jodan», mientras que el En Contra, intentó mantener un perfil más bajo y defenderse de las acusaciones de «fake news».

Pero hay otros elementos a considerar: el Plebiscito anterior venía con el envión de las elecciones presidenciales, donde el Presidente Gabriel Boric había logrado un 55,8% de los votos. El Gobierno se inclinó por el Apruebo, y lo que sería un mero trámite para validar el proceso del Acuerdo por la Paz, terminó con un avasallador triunfo del Rechazo y la sorpresa mayúscula en el oficialismo.

Este año, el escenario está marcado por un Gobierno que decidió permanecer con la mayor prescindencia posible ante el nuevo proceso, para evitar un nuevo referéndum a la gestión del Presidente Gabriel Boric, aunque de todos modos, el Mandatario ha deslizado críticas que le han valido los cuestionamientos de la oposición.

Pero también emerge la presión en la propia clase política por asegurar los destinos de las campañas para ir a la reconquista de municipios, especialmente en la derecha, que en 2021 perdió varios sillones comunales que quedaron en manos de un novel Frente Amplio.

Las cartas están echadas, y será ahora la ciudadanía la que tiene la última palabra. En conversación con Emol, expertos comparten sus proyecciones y las incógnitas que aún quedan para la votación del 17-D.

Comunas populares

En el Plebiscito de salida de 2022, sólo en ocho de las 346 comunas del país, ganó el Apruebo, repartidas en las regiones de Valparaíso y Metropolitana. Estas fueron: Rapa Nui (84,26%); Juan Fernández (85,88%); San Antonio (88,75%); Maipú (86,15%); Ñuñoa (76,18%); Pedro Aguirre Cerda (87,56%); Puente Alto (88,22%); y San Joaquín (87,7%).

Entre esas zonas hay comunas populares y de un gran bolsón de votos, pero en otras varias donde se esperaba que ganara el Apruebo, triunfó la opción contraria, aunque con resultados estrechos, como Renca (50,57% vs 49,43%), La Pintana (53,58% vs 46,42%), Quilicura (52,04% vs 47,96%), Recoleta (51,93% vs 48,07%) o Estación Central (52,39% vs 47,61%).

Estas comunas, podrían ser, en algún sentido «bisagra», aunque a juicio de los expertos, todo depende del «ánimo» que se ha instalado para este proceso, lo que complejiza las proyecciones sobre el comportamiento de estas zonas. Eso, sumado a que «la intensidad de la campaña ha sido baja, no ha sido muy álgida en el terreno, por lo que es muy diferente a la de 2022», comenta Tomás Duval, analista político de la U. Autónoma.

El experto agrega que además, las encuestas han mostrado que «han bajado radicalmente las expectativas respecto al proceso constituyente. Según la CEP, sólo un 19% estima que la Constitución les va a resolver algo, de ahí que la importancia por el proceso es menor».

Otra distancia de este proceso con el anterior fue que en 2022 Chile venía saliendo de una elección presidencial donde Boric había conseguido una amplia mayoría, «y lo había logrado justamente en aquellas comunas populares, especialmente en el área Metropolitana, sin voto obligatorio. Entonces la incógnita era lo que pasaba con el voto obligatorio en el Plebiscito de septiembre, donde vimos un resultado que para todos fue inesperado, por su magnitud. Ahora, no creo que ese escenario se vaya a trasladar, es una incógnita cómo se van a comportar esas comunas».

Grandes bolsones de votos

Por otra parte, las comunas que concentran una gran población son, cada elección, un foco clave, puesto que se convierten en un atractivo bolsón de votos. Zonas como Puente Alto, Maipú, Viña del Mar y La Florida, se acercan a las 2 millones de personas, por lo que «son relevantes desde el punto de vista del resultado», comenta Duval.

«Acá es relevante también lo que va a pasar, por si van a votar A Favor, En Contra o nulo, porque eso ya lo hicieron en el Plebiscito pasado. Puede que mucha gente siga esta tendencia», comenta.

Por su parte, Marco Moreno, analista político de la U. Central también deja un factor de incertidumbre en el análisis, marcado principalmente por el «tipo de ciudadanía» que se expresa en las zonas de grandes bolsones de votos.

«En los grandes bolsones electorales conviven electores despolitizados con grupos más politizados, pero predomina acá un tipo de ciudadanía intermitente. Estos responde a un activismo que no se correlaciona con marcos ideológicos precisos como antaño. El nuevo activismo es individualista, puntual y apolítico», subraya.

Las zonas de la derecha y los «descolgados»

En el Plebiscito de 2022, zonas como Vitacura (86,14%), Lo Barnechea (82,76%) y Las Condes (78,34%), mostraron un arrollador triunfo del Rechazo; cifras similares a las que se expresaron en la mayor parte de las comunas de La Araucanía, zona históricamente liderada por la derecha.

No obstante, en esta elección, la derecha tiene entre sus filas a algunos «descolgados» que se inclinan por el En Contra, principalmente en el ala de los Republicanos. De hecho, el senador Rojo Edwards, junto a otros 25 -ahora ex militantes-, ya renunciaron a dicha tienda, entre otras cosas, por la molestia de no contar con libertad de acción: van por el En Contra.

Para Duval, en el caso de La Araucanía, y pese a los «descolgados», no debiera manifestarse una diferencia tan importante con respecto a lo que ocurrió en 2022. «Ahora, si duda que los descolgados son un problema para la derecha, porque al no tener una unidad de propósito, obviamente van a perder votos. Quizás no van a ser en la línea de los resultados tan históricos que uno conoce, pero probablemente se dé esa tendencia».

Para Moreno, en tanto, habrá que mirar con atención en estos bastiones de la derecha -La Araucanía y sector oriente de la RM- «si hay un aumento del voto En contra de electores de derecha que no quieren cambiar la constitución de 1980 y que ya votaron así en el Plebiscito de entrada de 2020 donde un poco más de 1.600.000 (21,73%) votó por mantener la constitución del ’80».

«Probablemente, ese voto de rechazo (En Contra) en La Araucanía, y comunas del sector oriente de la RM busquen adjudicárselos los descolgados de la derecha», comenta.

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