Aunque la experiencia de cada persona con el envejecimiento es diferente, los expertos están descubriendo cada vez más que tener una mentalidad positiva y una serie de autocuidados está relacionado con envejecer de manera saludable.

Un estudio realizado durante décadas con 660 personas demostró que quienes tenían una mentalidad positiva sobre el envejecimiento vivían siete años y medio más que quienes tenían una mentalidad negativa. Desde entonces, la investigación ha descubierto que una actitud positiva hacia el envejecimiento se asocia con una presión arterial más baja, una vida en general más larga y saludable, así como un menor riesgo de padecer demencia.

La doctora María Clara Perret, médica investigadora especialista en Medicina Geriátrica del Hospital Alemán explicó a Infobae: “El envejecimiento es un proceso permanente del ciclo vital y la tercera edad una etapa del mismo. Con frecuencia, se asocia a esta última etapa con enfermedad y discapacidad, sin embargo, se ha comprobado que aunque estas parecen inevitables pueden posponerse y reducirse si uno adopta un estilo de vida saludable y se compromete activamente con la vida. Así surge un nuevo concepto del envejecimiento, donde se considera que el individuo es capaz de determinar, al menos en parte, su manera de envejecer. Donde se reconocen no sólo las necesidades sino los derechos del adulto mayor de autonomía, participación, dignidad, crecimiento, aprendizaje, productividad, autorrealización. Con el fin de lograr una adaptación positiva y satisfacción vital”.

Este nuevo concepto mencionado por la doctora es el llamado envejecimiento activo y saludable. La Organización Mundial de la Salud lo introdujo, en 1999 y lo definió como el proceso de optimización de oportunidades de salud, participación y seguridad, con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen. Esto podría traducirse como la promoción de la salud y prevención de enfermedades, compromiso activo con actividades comunitarias y sociales, y reconocimiento de los derechos de los adultos mayores, indicó la médica.

Incluso, se lanzó la Década del Envejecimiento Saludable 2021-2030, declarada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre del 2020, como la principal estrategia para construir una sociedad para todas las edades. Esta iniciativa mundial aúna los esfuerzos de los gobiernos, la sociedad civil, los medios y el sector privado encaminados a mejorar la vida de las personas mayores, sus familias y sus comunidades.

Por su parte, el doctor Rolando Salinas (MN 72 24), jefe de Salud Mental del Hospital Alemán, profesor de Psicología de la Salud en la Universidad Católica Argentina explicó a Infobae que el envejecimiento saludable implica no solo el aspecto físico y mental sino también lo social y la aceptación de las consecuencias naturales de la edad. “Mantenerse activo, con la ayuda del equilibrio en la dieta y la práctica de ejercicios, saber afrontar los cambios, como la jubilación o el grado necesario de dependencia de otras personas, y el cuidado de la salud que puede requerir más tiempo que el que era usual, son elementos significativos en esta etapa”, destacó el médico.

Envejecimiento y salud mental

Los consejos de alimentación y actividad física se refieren especialmente al bienestar físico. Pero ¿cómo es el envejecimiento saludable desde el punto de vista de la salud mental? Respondió el doctor Salinas: “Resolver adecuadamente las exigencias adaptativas de la edad resulta fundamental para el bienestar psicológico y permite prolongar el funcionamiento social en forma vital. La verdadera autonomía está en la capacidad de aceptar las etapas de la vida de un modo fluido y natural”, aseguró el médico.

Y agregó: “Es conveniente prepararse para el paso de los años, saber delegar por ejemplo, es una clave que requiere comprender los cambios de paradigmas que traen los tiempos y aceptar que las nuevas generaciones aporten otros puntos de vista y formas de proceder. Esto empieza ya, no hay que esperar a los 65 años. Si permitimos el diálogo adecuado entre tradición y progreso, los valores fundamentales de nuestras vidas probablemente se mantengan más de lo que parece a simple vista y se prolonguen en los que nos suceden. Las personas experimentadas por la edad que logran una mejor comunicación social son las que entienden mejor cómo integrar su experiencia a la actualidad sin confrontar”.

Conductas a seguir para un envejecimiento saludable

La doctora Perret ofreció una serie de recomendaciones para determinar, en lo posible, la manera de envejecer:

– Practicar ejercicio físico: reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular, hipertensión arterial, obesidad, diabetes, osteoporosis, demencia. Favorece la independencia funcional y mejora la calidad de vida.

-Se aconseja realizar una actividad aeróbica moderada a vigorosa durante 20 a 30 minutos 3 a 5 veces por semana. Ejemplos: caminata, natación, gimnasia en el agua.

-También es importante entrenar el fortalecimiento muscular (por ejemplo, máquinas del gimnasio, pesas), ejercicios de estiramiento, yoga.

-Se recomienda establecer una rutina de actividades, con progresión gradual en cuanto a intensidad y frecuencia. Previo al inicio de ejercicio físico, consultar al médico.

– Realizar una alimentación adecuada: una dieta rica en fibras y baja en grasas saturadas disminuye el riesgo de enfermedad cardiovascular y mortalidad.

La dieta recomendada es la de tipo mediterránea que consiste en alto consumo de: cereales, frutas, verduras, legumbres, frutos secos, aceite de oliva (como grasa principal). lácteos (leche, yogur, queso); moderado consumo de pescados, aves; bajo consumo de huevos, dulces, carnes rojas.

– Evitar el abuso de tabaco y alcohol. El primero aumenta el riesgo, no sólo de enfermedad pulmonar y cardiovascular, sino también de varios tipos de cáncer.

El abuso de alcohol puede producir deterioro cognitivo, y problemas en el hígado, páncreas y corazón. Evitar también la automedicación.

– Realizar chequeos médicos. Ciertas patologías como la hipertensión arterial, diabetes y colesterol alto en general no dan síntomas y aumentan el riesgo de enfermedad coronaria, cerebrovascular y arteriopatía periférica. Su detección precoz y adecuado tratamiento disminuyen el riesgo de enfermedad cardiovascular.

El rastreo de cáncer de mama a través de la mamografía, de cáncer de cuello de útero a través del papanicolao y del cáncer de colon a través de sangre oculta en materia fecal o videocolonoscopía permiten la detección temprana de dichos cánceres.

– Vacunarse. Se recomienda aplicarse la vacuna antigripal en forma anual a partir de los 50 años; la vacuna antineumocóccica a los 65 años, la vacuna doble adultos cada 10 años y la del covid, de acuerdo al consejo médico.

– Realizar controles de visión, audición y salud bucal.

– Adaptar la casa para la prevención de caídas y accidentes: Cerca de un 30% de las personas mayores de 65 años se cae por año y el 5% de las que se caen sufre una fractura y/o requiere hospitalización. Los factores que predisponen a caídas pueden ser inherentes al individuo como problemas con la visión, articulares o neurológicos, o ambientales.

– Actividades sociales y recreativas: “Las personas mayores, en general, disponen de mucho tiempo libre dado que ya no trabajan y/o los hijos se van de la casa. Estas nuevas circunstancias obligan a reestructurar las redes de relaciones familiares y sociales, adoptando nuevos roles, de acuerdo a sus condiciones, intereses y capacidades. Si esto no se realiza pueden relegarse al aislamiento lo que aumenta el riesgo de depresión, ansiedad y pobre autopercepción de salud”, expresó la doctora Perret.

Por eso, es tan importante fomentar la comunicación y los encuentros con otra gente, asistir a clubes de jubilados o asociaciones barriales, para mantenerse en contacto con otras personas. Además, es muy útil para prevenir el deterioro cognitivo participar en talleres, adquirir nuevos conocimientos y/o habilidades, realizar trabajo solidario y ejercitar la memoria mediante crucigramas, juegos de ingenio o lectura de libros.

Un estudio realizado en la Universidad de Northwestern, en Estados Unidos, y publicado en la revista The Journal of Neuroscience descubrió a un grupo de adultos mayores, a los que llamaron “SuperAgers” o “Superancianos” cuyos cerebros se mostraron resistentes al deterioro cerebral. ¿Qué los hace tan especiales? Tienen más de 80 años pero conservan una memoria de entre 20 y 30 años más joven.

Los investigadores descubrieron que si bien las neuronas situadas en la corteza entorrinal, responsables de la capacidad de recordar, eran mucho más grandes en estas personas, todas tenían cuatro hábitos de vida en común, propias del envejecimiento saludable: mantenerse activos físicamente; desafiar su cerebro; tener fuertes relaciones sociales y disfrutar de la vida. Será cuestión de seguir sus buenas costumbres para tener una buena memoria aunque pasen los años.

Consejos para sentirse bien

Para lograr la mentalidad positiva tan beneficiosa que se mencionó al principio es importante también cuidar del propio bienestar emocional. El doctor Salinas manifestó: “El cuidado de la salud mental en relación al envejecimiento requiere estar atentos y prevenir algunas situaciones patológicas como la depresión, trastornos por ansiedad o los deterioros cognitivos asociados a procesos involutivos anormales”.

El médico también destacó que el acceso a los sistemas de salud debe facilitarse para las personas con dificultades asociadas a la vejez, esto debe ser una prioridad.

Y concluyó: “No hay que temer a la vejez, sino prepararse desde ahora y cuidar la salud física y mental. Por supuesto que preocupa la situación económica, pero es fundamental la previsión psicológica: priorizar los vínculos significativos; desarrollar habilidades sociales, pasatiempos, deportes, intereses artísticos o intelectuales; acompañar a los mayores y a los más chicos; aceptar el paso del tiempo y estar abierto a comprender las particularidades de cada etapa, son los mejores consejos preventivos para poder disfrutar de una buena vejez sin aislamiento”.

Cuando se necesita ayuda para los adultos mayores

La atención integral a las personas mayores es un punto fundamental y uno los principales desafíos, cuando requieren de cuidados especiales, es contar un servicio de apoyo domiciliario que les permita permanecer en sus hogares, favoreciendo una buena calidad de vida y bienestar.

Promover en ellos la autonomía, en el grado en que sea posible, tiene un impacto positivo y les brinda una mayor independencia. Por lo cual, que puedan rehabilitarse es de gran ayuda dado que les permite desarrollar una mayor cantidad de actividades, en una etapa en la que es importante remarcar que las personas pueden continuar siendo activas y en la que, además, la interacción social es crucial para su vida cotidiana.

En ese marco, Ineco, organización dedicada a la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades mentales, cuenta con un programa dirigido a personas mayores de 60 años basado en una atención domiciliaria con el objetivo de poder cubrir sus necesidades: Ineco Casa. Esta iniciativa posibilita a las personas mayores, con demencia o deterioro cognitivo, recibir cuidados y tratamientos en su propio hogar.

“A partir del trabajo de diferentes profesionales especializados, Ineco Casa contempla las diversas necesidades que tienen las personas mayores. Se trata de un programa diseñado para poder identificarlas y crear un tratamiento en el contexto del hogar del paciente, en pos de acompañar a sus familiares y cuidadores”, explicó Laura Martinez Kuhn, licenciada en Terapia Ocupacional de Ineco y coordinadora del Programa Ineco Casa.

A través de este proyecto, que tiene un abordaje interdisciplinario y que se adapta en función de cada familia, se le brinda una atención integral a quienes forman parte. “El objetivo de esta iniciativa que tenemos desde Ineco es promover el desarrollo de las personas mayores en la comunidad y brindarles la mejor calidad de vida posible, colaborando con su bienestar en esa etapa de la vida”, afirmó Adriana Fiorino, Subdirectora Operativa de Programas Interdisciplinarios de Ineco.

De este modo, se realiza un plan de diagnóstico mediante el cual se evalúan las necesidades del paciente y se determina cuál será el esquema de trabajo que se llevará adelante, el cual podrá incluir el trabajo conjunto de diferentes disciplinas tales como: Terapia Ocupacional, Kinesiología, Neuropsicología, Musicoterapia, Psicoterapia, Fonoaudiología, entre otras.

“El tratamiento se lleva a cabo de manera domiciliaria dado que el objetivo es favorecer la autonomía de los pacientes con los apoyos necesarios, estimular las habilidades que conservan, brindarles estrategias de prevención y seguridad, disminuir las internaciones domiciliarias e institucionalizaciones y evitar la sobrecarga de los cuidadores que los asisten a diario”, agregó la licenciada Martínez Kuhn.

En función de las experiencias aportadas por los familiares de pacientes que participan del programa, Ineco Casa registra resultados favorables en aspectos tales como: mejoras en el bienestar general del paciente desde que comenzó a recibir la atención, mayor comunicación y organización en sus tratamientos, mayor contención y apoyo emocional, y un aumento en la cantidad de herramientas disponibles para solucionar contratiempos, entre otras cuestiones.

Está comprobado, afirman en Ineco, que al estar en su hogar, las personas se sienten más cómodas y relajadas, dado que se encuentran en un entorno confortable, conocido y seguro para ellas.

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