El fenómeno de El Niño poco a poco comienza a debilitarse, lo que podría significar un verano menos cálido que los anteriores, con temperaturas máximas más bajas. Y en el horizonte aparece de inmediato el fenómeno de La Niña, que representa la fase fría de este ciclo natural conocido como El Niño-Oscilación del Sur.

¿Cuándo y qué probabilidades existen de que se desarrolle el fenómeno de La Niña? Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, revela que según los pronósticos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), la cifra asciende a más de un 40% y sería durante el segundo semestre de 2024 en el Pacífico tropical.

Si ben aclara que aún hay gran incertidumbre con respecto a su intensidad, “La Niña tiene un efecto moderador sobre las temperaturas, y trae consigo sequías (no favorece las precipitaciones en Chile central y centro sur). La rapidez con la que La Niña se desarrolle este 2024 modulará las lluvias de este año en Chile central”, señala Cordero.

¿Invierno sin lluvias y la reaparición de la megasequía? Aumentan probabilidades del regreso de La Niña

El evento actual del fenómeno de El Niño ayudó a que 2023 fuese un año extraordinariamente cálido y el más lluvioso desde que comenzó la larga e intensa sequía en el país. Si se concreta el regreso de La Niña, también podrían concretarse el regreso de los años hiperáridos a Chile.

La Niña y El Niño son fases opuestas de una oscilación natural en la temperatura superficial del Pacífico tropical, frente a las costas de Perú y Ecuador. Cuando se registra un evento de El Niño, la temperatura del Pacífico en esa zona está sobre valores típicos. Cuando se registra un evento de La Niña, la temperatura del Pacífico en esa zona está bajo valores típicos”, explica Cordero.

La Niña es generalmente menos intensa que El Niño; nunca habido “Niñas” tan intensas como los súper Niños de1982, 1997 o 2015. “Sin embargo, La Niña tiene la característica de que puede presentarse durante varios años consecutivos, de hecho existen las ´triple Niñas´”, sostiene el climatólogo.

La última vez que esto sucedió fue hace poco. “Entre 2020 y 2022 el mundo fue afectado por tres eventos consecutivos de La Niña. Éstos eventos probablemente jugaron un rol en la persistencia de la sequía en el centro de Chile durante durante esos años”, señala.

¿La Niña es más intensa que El Niño? El segundo comienza a debilitarse

“En el caso de Chile central, lo que más nos afecta en verano es la zona 1+2. La que más nos afecta en invierno es la zona 3.4″, señala Cordero.

La zona 1+2 es la que define lo que hoy se llama El Niño costero, la zona 3.4 es la que define al denominado fenómeno de El Niño global. La primera se encuentra frente a las costa de Ecuador y Perú, la segunda está sobre la línea del Ecuador, en el Pacífico central.

El Niño costero está debilitándose y eso podría evitar que tengamos un verano con temperaturas extremas. El Niño global en cambio, se encuentra en su peak, y recién comenzará a debilitarse en las próximas semanas, así que probablemente nos acompañará durante lo que resta del verano, explica el climatólogo.

Cordero aclara que una vez que el fenómeno de El Niño costero comienza a debilitarse, no hay vuelta atrás. “El Niño costero debería terminar en las próximas semanas, pero como aún persiste fuertemente El Niño global, mejor mantener los dedos cruzados”.

Puntualmente, que el Niño costero se debilite significa que en Santiago y la zona central eventualmente tendremos menos calor. “Si bien los dos favorecen altas temperaturas , El Niño costero afecta más a Chile, mientras que el Niño global afecta más la temperatura del planeta como conjunto”, añade.

“El Niño costero va un paso adelante, comenzó antes y terminará antes que El Niño global. Usualmente El Niño costero anticipa El Niño global, aunque hay ocasiones que se puede dar el primero y no el segundo”, sostiene.

A la fecha, el verano no está en el top 10 de veranos más cálidos registrados en Chile. “La máxima en Santiago ha promediado 29,2°C hasta la fecha en lo que va del verano, muy lejos de los 31,4°C registrados entre el 1 de diciembre y el 4 de enero de 2019- 2020. A modo de referencia, a la misma fecha del año pasado, el verano promediaba máximas de 31,2° en Santiago”, señala Cordero.

¿La Niña es más intensa que El Niño? Aún quedan dos meses cálidos

Estas diferencias de temperatura ayudan a entender por ejemplo, por qué la temporada de incendios ha sido hasta la fecha menos activa que la del año pasado. De acuerdo a cifras de la Conaf, la superficie quemada es casi un 70% inferior esta temporada que la que se había registrado a igual fecha el período anterior.

Pese a lo anterior, la proyección estacional no ha cambiado, aclara Cordero, “y se espera aún que las temperaturas en el verano se mantengan sobre valores típicos. Sin embargo, la pronunciada caída registrada en el último mes en la temperatura superficial del Pacífico tropical frente a las costas de Perú y Ecuador (zona 1+2), hacen abrigar esperanzas de que el verano no sea uno de los mas cálidos jamas registrados”.

Aunque el debilitamiento del fenómeno de El Niño podría favorecernos, aún tendremos que esperar. “Nos quedan los dos meses más cálidos del año por delante”, sostiene el climatólogo.

El Niño, en la zona 1+2, fue uno de los tres más intensos registrados en los últimos 50 años. “Sin embargo, ya alcanzó su peak y comenzó su debilitamiento. Esas son buenas noticias para Chile, porque disminuyen los chances de tener un verano extremo. Pero es aún muy pronto para bajar la guardia, aunque El Niño se encuentra debilitado aún persiste”, establece Cordero.

“Hay que tener presente que El Niño se llama así por la Navidad. Es por eso que su peak en general coincide con el fin de año”, añade.

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