El 2022 se fue y uno de los principales legados que dejó fue una imparable inflación no vista en el país hace más de 30 años, golpeando duramente el poder adquisitivo de las personas dado las fuertes alzas de precios de productos y servicios esenciales para las familias.

Esta mañana el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) entregó el último dato que faltaba para coronar un año para el olvido en términos inflacionarios.

Es que si bien el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de diciembre dio un importante respiro al escalar 0,3% -la cifra mensual más baja desde febrero y dentro de las expectativas del mercado-, dejó como saldo una inflación anual de 12,8%, la más alta desde 1991.

Con estos datos en la mano, es posible ranquear los productos y servicios que mostraron los mayores ascensos en un contexto donde todo subió, y con fuerza. Así, productos especialmente sensibles para las billeteras familiares se posicionaron en la punta de la lista, como las gasolinas y diversos alimentos.

Por ejemplo, la parafina: anotó una dura crecida de 79% en el año, el precio del plátano escaló 63,6%, el aceito se disparó 62,7% y el diésel 53%. Mientras que servicios como las fotocopias subieron 34,3%, o los preuniversitarios, que registraron un avance de 31,1%.

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