Tras cerrar el 2022 con un retroceso de 5,6 puntos porcentuales la tasa de ahorro de los hogares chilenos se recuperó el primer trimestre debido a un aumento en los ingresos que fue acompañado de un menor incremento del consumo.

Según el informe de Cuentas Nacionales por Sector Institucional, dado a conocer este jueves por el Banco Central el ingreso disponible bruto de los hogares aumentó 13,7% en los primeros tres meses del año respecto de igual periodo del 2022, explicado principalmente por las rentas de la producción (salarios e ingresos de independientes) que crecieron 9,4%, aportando 8,4 puntos porcentuales al ingreso disponible.

Asimismo, las rentas de la propiedad, a través de los retiros de rentas y los intereses netos; las prestaciones sociales netas de cotizaciones, y, en menor medida, las transferencias corrientes netas, incidieron positivamente con 3,4 puntos, 2 puntos y 0,8 puntos, respectivamente. En sentido contrario, el pago de impuestos incidió negativamente en 0,9 puntos.

El resultado del ingreso disponible junto a la menor expansión del consumo final efectivo de 3,7% anual, determinaron un aumento de 1,5 puntos de la tasa de ahorro, la que se situó en 0,8% del PIB.

Lo anterior, sumado a una tasa de inversión de 3,4% y de transferencias de capital de 1% del PIB, contribuyeron a que los hogares presentaran una necesidad de financiamiento de 1,6% del PIB, menor en 1,6 puntos al periodo anterior.

Desde la perspectiva financiera, la disminución de la necesidad de financiamiento se reflejó en una menor desinversión en efectivo y depósitos, lo que contrasta con lo observado en los dos últimos trimestres de 2022.

Riqueza y deuda

En cuanto a su balance, los hogares cerraron el trimestre con una riqueza financiera neta de 115,8% del PIB, disminuyendo 3,9 puntos con respecto a diciembre. Este resultado se explicó, principalmente, por la caída en los saldos mantenidos en acciones y cuotas de fondos, fondos de pensiones, por el efecto del menor tipo de cambio sobre las inversiones en el exterior, y efectivo y depósitos.

Así la deuda total de los hogares se situó en 49% del PIB, disminuyendo 0,3 puntos con respecto al trimestre anterior.

Si bien el total de pasivos aumentó en el trimestre (1,8%), el PIB acumulado anual lo hizo en mayor magnitud, explicando el retroceso del ratio.

En relación con el nivel, el crecimiento de la deuda estuvo liderado por los préstamos bancarios, principalmente hipotecarios, seguido de los préstamos obtenidos a través de otros intermediarios de crédito.

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