El expresidente de EE.UU., Donald Trump, aseveró este lunes en un artículo para la revista Newsweek que el escándalo ‘Russiagate’, sobre la supuesta intromisión rusa en las elecciones presidenciales de 2016, es una de las causas que llevaron a Washington al estado de una «guerra indirecta» con Moscú al implicarse en la crisis ucraniana.

«En lugar de tener una mejor relación con Rusia, como yo trabajé para construirla, ahora tenemos una guerra indirecta con Rusia, alimentada en parte por los persistentes humos del delirio del ‘Russiagate’. Ucrania ha quedado totalmente devastada. Un número incalculable de personas han muerto. Y bien podríamos acabar en una Tercera Guerra Mundial», anotó el político republicano.

En este sentido, Trump, que afronta cargos criminales por diferentes casos, reprochó a sus detractores políticos por «avivar la histeria» sobre el ‘Russiagate’ en un momento «crítico», cuando EE.UU. debería haber optado por reducir las tensiones con Rusia que ahora está «directamente en los brazos de China».

En paralelo, el exmandatario enfatizó que «las verdaderas víctimas» de la investigación por la presunta injerencia rusa en las elecciones son los estadounidenses, que ahora se enfrentan a una «destrucción casi incalculable» con una democracia «socavada».

«Ajuste de cuentas» con el Estado profundo

Por otra parte, el político conservador hizo referencia a las conclusiones del fiscal especial John Durham, quien señaló en su informe en mayo pasado que la investigación del FBI contra Trump en relación con el ‘Russiagate’ se había basado en datos «no analizados y no verificados». Según Trump, el informe de Durham sirve de prueba de que «las figuras clave implicadas sabían desde el principio que la teoría de la conspiración rusa era mentira». «El FBI lanzó su caza de brujas sin tener un ápice de pruebas legítimas», razonó el exinquilino de la Casa Blanca.

Asimismo, el político republicano subrayó que la histeria en torno a la supuesta intromisión electoral rusa «normalizó el uso de las fuerzas del orden como arma contra los enemigos políticos de izquierda» en EE.UU. En este contexto, arremetió contra el Departamento de Justicia, el FBI y otros entes, acusándolos de interferir en «cada elección desde 2016», así como en las próximas presidenciales de 2024.

Por tanto, Trump instó a «un ajuste de cuentas», al señalar que los votantes ahora tienen la responsabilidad. «Ahora la elección es nuestra: o el Estado profundo destruye EE.UU., o nosotros destruimos el Estado profundo», sintetizó.

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