El uso de estas máquinas depende del lugar en el mundo donde se encuentren, ya que cada país establece sus reglas para el juego. Mientras que en muchos países del mundo solo podemos encontrarlas en casinos físicos, en la mayoría del mundo no es necesario trasladarse a un casino.
Hoy en día, el acceso a una máquina tragaperras es global. Existen juegos de casino en línea, que operan de la misma manera e incluso pueden tener más beneficios que un casino físico. Cualquier persona, desde cualquier dispositivo, durante las 24 horas del día, puede jugar en un casino online desde su casa. Sólo es necesario un dispositivo con acceso a internet para tener a disposición la plataforma del casino que desee.
Si hablamos de los tragamonedas, cabe destacar que funcionan desde hace muchos años y tienen una larga trayectoria recorrida, en la que evolucionan constantemente. Por eso te contamos el origen y un poco de la historia de las famosas tragaperras:
El término “máquina tragamonedas” originalmente tenía relación con las conocidas expendedoras de la década del 1880, proviene de la acción de dejar caer una moneda por una ranura para obtener algún producto.
Fue en el año 1885, cuando se crearon las primeras máquinas especiales para el juego, pero poco se asemejan a las que hoy conocemos. En su momento, ese diseño antiguo hacía que fueran muy novedosas para la época. La modalidad era la siguiente: hacían correr personajes de juguete por una pequeña pista y los clientes de los bares eran los que apostaban fichas o monedas para canjearlas por bebidas y puros.
En 1891, en Brooklyn, se desarrolló una máquina similar a las que conocemos hoy. Tenía cinco tambores y cada uno tenía 10 caras de cartas distintas. Esta es la que hoy se conoce como la primera tragamonedas de la historia. El problema que tenía era que la jota de corazones y el diez de picas no estaban incluidos, lo que dificultó a las personas obtener escaleras reales.
Finalmente, allá por 1894, Charles Fey creó la “Campana de la libertad”, la primera máquina tragamonedas que realmente funcionaba como las de hoy en día. Utilizaba tres carretes giratorios con cinco símbolos cada uno. Estos símbolos eran las campanas: corazones, espadas, herraduras y diamantes. El método más simple permitía pagos automáticos en efectivo, y las tres campanas obtenían el premio más grande, de 50 centavos.
Los aficionados del juego rediseñaron rápidamente esta primera máquina. Para 1909, encontraron la manera de eludir las prohibiciones que algunos estados imponían para las mismas. Los palos de cartas se reemplazaron por frutas, y cualquiera que obtuviera tres líneas de la misma fruta obtendría un chicle de ese sabor.
En 1963 se diseñó la primera máquina tragaperras totalmente electrónica, “Money Honey”. Este cambio permitió incorporar pagos automáticos, tolvas de monedas sin fondo y multiplicadores de monedas, lo que permitió encontrar nuevas formas de ganar sin obtener las tres líneas completas.
La tecnología de estas máquinas es realmente perfecta, y se adapta cada vez más y mejor a los gustos de los usuarios, a las nuevas tendencias y a las restricciones de cada país.
En la actualidad, ofrecen numerosas opciones y vinculaciones con otros juegos, convirtiéndose en una excelente manera de pasar el tiempo, ganando dinero.
Y tú, ¿qué esperas para convertirte en un experto en este juego?