Un grupo de los vulgarmente llamados “bandidos” nigerianos ha quemado vivo esta madrugada a un sacerdote católico cuando intentaron entrar en su residencia en el céntrico estado nigeriano de Níger.
El fallecido, el reverendo Isaac Achi, acabó incinerado cuando los bandidos decidieron prender fuego a su vivienda, en la zona de Paikoro, después de haber sido incapaces de entrar en el lugar.
La Policía dijo que el incidente tuvo lugar en torno a las 03.00 de la madrugada de este sábado y que otro sacerdote fue herido de un disparo en el hombro, aunque consiguió salvar la vida, según el portavoz policial Wasiu Abiodun al ‘Daily Trust’.
“El cuerpo sin vida del padre Isaac fue recuperado mientras el padre Collins fue trasladado de urgencia al hospital para recibir tratamiento”, indicó el portavoz.
El presidente de la Asociación Cristiana de Nigeria en el estado de Níger, Bulu Yohanna, condenó el asesinato del sacerdote, pidió una investigación e hizo un llamamiento al Gobierno nigeriano y a las agencias de seguridad para detener la oleada de violencia en todo el país.
”Ya basta de ataques y asesinatos gratuitos de ciudadanos nigerianos inocentes. Una de las principales responsabilidades del Gobierno es proteger la vida y los bienes de sus gobernados”, declaró.
La inseguridad viene en aumento en los últimos meses en Nigeria, la nación más poblada de África. Los problemas de violencia son de naturaleza variada y abarcan desde la lucha contra el yihadismo y los incidentes de violencia intercomunitaria a los secuestros masivos que vive el centro-norte y el noroeste del país, enfocados sobre todo en raptos en centros educativos por parte de hombres armados -denominados en el país “bandidos”- que buscan lucrativos rescates.
El escenario es tan preocupante que el Gobierno nigeriano declaró a las bandas criminales como organizaciones terroristas para facilitar la intervención militar.
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