A una reunión informal, con un grupo escogido de representantes de ciertas bancadas del oficialismo y de la oposición, convocó el martes el presidente de la Cámara, Vlado Mirosevic (PL).
En la cita, según relatan algunos presentes, Mirosevic habría mostrado dos simulaciones de cómo podrían repartirse los cupos de expertos que debe escoger cada rama del Congreso para el nuevo proceso constituyente.
Según la última reforma constitucional, que habilita la nueva etapa de redacción de una nueva Carta Fundamental, al Senado le corresponde designar 12 integrantes de la Comisión Experta, que será encargada de elaborar un anteproyecto a propuesta constitucional, mientras que a la Cámara le toca elegir otros 12 comisionados.
Una de las simulaciones mostrada por Mirosevic señalaba cómo sería la representación que le corresponde a la Cámara si es que participaban todas las fuerzas políticas. La otra, sin embargo, simulaba cómo sería la composición si se restaban aquellas bancadas que no apoyaron la reforma constitucional, como el Partido Republicano y el Partido de la Gente (PDG).
Obviamente en ese encuentro no estaba ningún personero de esos comités. Sin embargo, sí estaban los jefes de bancadas del PS, del Frente Amplio, del PC, de la DC, de Evópoli y la UDI.
Incluir o no a aquellas fuerzas resistentes a un cambio constitucional (como los republicanos y el PDG) es precisamente uno de los criterios que deben resolver los grupos parlamentarios de la Cámara y del Senado.
Otras de las dudas es cómo dar representación a las minorías que sí apoyaron el nuevo proceso.
La tercera incógnita es cómo elegir los cupos: por un sistema de patrocinios o armar una lista que dé preferencia a las bancadas mayoritarias y vaya asignando cupos desde el grupo más grande al más pequeño.
La idea de los patrocinios corre con ventaja en la Cámara, luego de que este miércoles volvieran a reunirse negociadores de todas las bancadas. La idea, sin embargo, quedó sujeta a una ratificación de la sala.
Todos estos puntos pendientes tienen que zanjarse la próxima semana. La Cámara votará el martes 24 la lista de sus expertos y el Senado lo hará el miércoles 25.
El problema es que la reforma deja cierto margen de interpretación sobre los criterios. La norma dice que “los comisionados” de cada rama legislativa “serán elegidos en proporción a las actuales fuerzas políticas y partidos ahí representados”. No obstante, la disposición pone una regla insalvable: las listas de nombres que acuerden por separado la Cámara y el Senado deben ser aprobadas por “los cuatro séptimos de sus miembros en ejercicio”. Es decir, una nómina debe contar con el apoyo de 89 diputados y la otra con 29 senadores.
Por lo tanto, ese quórum al final permite que las bancadas mayoritarias (si es que se ponen de acuerdo) impongan sus términos o “pasen máquina”, según la jerga política.
En el caso del Partido Republicano, una de las fuerzas que corre peligro de ser marginada, sus dirigentes aspiran a que al menos se les asigne un cupo por los 13 diputados que tiene su bancada. En caso de que el resto de las fuerzas políticas optaran por marginarlos, en el partido de José Antonio Kast acusarán que se está vulnerando el espíritu de la Constitución y emplearán todas las formas posibles para impugnar esa decisión.
No obstante, si finalmente la sala de la Cámara ratifica el criterio de patrocinios, el veto a los republicanos pierde fuerza.
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