La séptima cumbre de la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe, se está desarrollando hoy en Buenos Aires, aunque sin un invitado estrella. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, canceló a última hora su viaje, acusando un clima hostil. En su lugar fue el canciller Iván Gil.
Quien sí viajó fue el Presidente Gabriel Boric, acompañado de la canciller Antonia Urrejola. En la previa, dijo que Venezuela debe volver a participar de los distintos organismos multilaterales, pero que la crisis en ese país se debe resolver “con el Gobierno de Venezuela en la mesa”.
En Mirada Líbero analizamos los alcances de esta reunión regional con el ex canciller Roberto Ampuero, quien cuestionó las declaraciones del Presidente Boric sobre la participación de Venezuela en el encuentro, y señaló que “me parece de una arrogancia feroz, hay que ser mucho más modesto”. Y recordó que, durante el gobierno del presidente Piñera, cuando él fue canciller, “actuamos con prudencia pero con claridad, no dijimos qué es lo que queríamos para Venezuela, ni nos arrogamos el derecho de decir lo que nosotros pensamos, sino que respaldamos a una oposición venezolana, integrada por venezolanos, que llegó a tener el respaldo de 60 países del mundo, para que ellos negociaran con el régimen de Venezuela”.
En ese sentido, sostuvo que “creo que Maduro le va a responder muy duro, porque el Presidente Boric ha dejado un flanco abierto muy lamentable”.
“Hay sectores de izquierda en América Latina que ya están hartos de tener que defender a una dictadura, como la de Maduro. Algunos de esos sectores se han resentido de la dictadura de Castro, hay que reconocerlo, pero hay otros sectores que aunque están todavía con Maduro, están en una óptica de alejarse de esto, porque estar abrazado a una dictadura del color que sea siempre tiene consecuencias y hay un precio que pagar. Entonces, para los partidos socialdemócrata y partidos realmente democráticos es muy incómodo estar justificando la asistencia o el rol de Maduro en instancias internacionales como estas”, agregó.
De la misma forma, señaló que “en toda América Latina se ha ido cayendo el velo de la utopía extrema, que en un momento representó tanto el castrismo como el chavismo-madurismo. La izquierda chilena estuvo plenamente identificada con los Castro y también se sintió atraída por la retórica de Hugo Chávez y después con Maduro, pero hay sectores que sea han ido separando de aquello, y se han dado cuenta del verdadero carácter de esta dictadura violadora de los derechos humanos, y creo que esto es parte de un cambio cultural de América Latina, debido fundamentalmente, a los fracasos de la dictadura”.
/gap