La inflación subió en enero más de lo esperado. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) anotó una variación mensual en enero de 0,8%, mayor al dato esperado por el mercado.
Lo analistas pronosticaban una variación de entre 0,4%y 0,6% en el primer mes del año. Con todo, el dato anual siguió moderándose, bajando a 12,3%.
De todas formas, y pese a que el retroceso anual es positivo, lo cierto es que los analistas recibieron con escepticismo las cifras entregadas por el INE.
Es que el consenso apunta a que el comportamiento inflacionario de enero se trata de una sorpresa negativa, que daría cuenta de una persistencia de la inflación mayor a la esperada, por lo que la opción -hasta ayer casi segura- de que el Banco Central inicie el periodo de recortes a la tasa de interés en su reunión de abril se ve ya muy lejana. Las apuestas ahora cambiaron para junio.
Según César Guzmán, gerente macroeconomía de Inversiones Security, «las cifras de enero mostraron un alza generalizada de precios, dando cuenta de una persistencia de la inflación mucho mayor a la esperada y con una sorpresiva reaceleración de la tendencia inflacionaria».
«Continúa la elevada volatilidad de las cifras mensuales, lo que dificulta los análisis para el corto plazo. Aunque, pese al complejo panorama, la persistencia inflacionaria otorga un sesgo al alza a las estimaciones de IPC del primer semestre. Para el mediano plazo, las condiciones macroeconómicas siguen apuntando a una moderación de la inflación», agregó.
Además, comentó que «en este contexto, se descarta el inicio de ajustes en la Tasa de Política Monetaria (TPM) en abril postergándose hasta junio, dando tiempo a que se den las cifras más bajas de la tendencia inflacionaria».
Por su parte, Patricio Valenzuela, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de los Andes, indicó que «la inflación de enero estuvo muy por sobre las expectativas del mercado. De acuerdo con la encuesta de expectativas económicas del Banco Central, el mercado proyectaba una inflación mensual de 0,5%».
«Las inflaciones mensuales sorpresivamente altas de los meses de noviembre y enero podrían sugerir que la inflación de mediano plazo sea más persistente de lo proyectado por el Banco Central en su Informe de Política Monetaria de diciembre. En mi opinión, con este comienzo de año veo muy difícil que la inflación llegue a un 3,6% en diciembre de 2023 tal como lo proyectó el Banco Central en diciembre».
Mientras que desde Clapes UC señalaron que con esto, «el mes presenta una inflación a doce meses de 12,3% y se reduce la posibilidad de recortes de tasas en el corto plazo por parte del Banco Central, con el objetivo de obtener más evidencia respecto a la convergencia de la inflación a la meta propuesta antes de iniciar un ciclo de relajamiento monetario. Por otra parte, con este registro se espera que las tasas de corto plazo suban, además de un incremento en la UF de $283 pesos en los siguientes 30 días».
En esa línea, Andrés Pérez, economista jefe de Itau señaló que «la sorpresa de hoy apunta que el proceso de bajas en inflación podría ser más gradual de lo anticipado, a pesar del impacto que debiese de tener la apreciación del peso chileno desde el máximo de octubre (en torno a 20%). Una demora en el proceso de convergencia de inflación estaría asociada a que el inicio de recortes en la TPM empiece después. Esperamos que la TPM empiece a bajar a partir de junio de este año, llegando al 7% a fin de año».
Claudia Sotz, economista jefe de Tanner Investments sostuvo que «la inflación de enero de 2023 nos está indicando que aún tenemos cierta persistencia inflacionaria que no quiere ceder. Además, siguen vigentes los riesgos inflacionarios a nivel internacional, principalmente por la apertura de China, que si bien en términos de actividad es positivo para el mundo, conlleva una mayor demanda, por ejemplo de commodities de energía, que presionaría sus precios al alza».
«A lo anterior, debemos agregar el mensaje hawkish del Banco Central de Chile, a través de su Presidenta, sobre que iniciarían el ciclo de bajas de TPM hasta tener evidencia concreta que las presiones inflacionarias van disminuyendo», sostuvo Sotz.
Finalmente, Patricio Jaramillo, director de Riesgo Financiero en Deloitte dijo que «los últimos cinco registros de actividad han dado cuenta de una trayectoria mejor a lo esperado por el mercado, reflejando la resiliencia de la economía chilena. Esto se ha traducido en mayores presiones inflacionarias por el lado de la brecha de producto a lo que se anticipaba, y en ese sentido era esperable este mayor registro de inflación en enero».
Asimismo, «si uno analiza los ítems que impulsaron la inflación, hay una coherencia con una estacionalidad más marcada de lo habitual. Nuestro escenario central prevé una inflación mayor que la del IPoM para la primera mitad del año (en el rango 8.5-9% a junio), para descender en torno a 4.5% en diciembre asumiendo un ajuste de TPM agresivo en el segundo semestre», puntualizó.
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