Al igual como lo hizo Ricardo Lagos con su entonces ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, a principios de los 2000, el martes pasado en la tarde el Presidente Boric salió inesperadamente desde sus oficinas en La Moneda, cruzó hasta Teatinos 120 y se reunió con Mario Marcel, el jefe de las finanzas públicas. La visita, un día antes de que el Banco Central diera a conocer el sorpresivo crecimiento de 0,4% en enero -tras cuatro meses de caídas- y evidenciara una economía más resiliente de lo esperado, constituye una señal de la satisfacción que hay en La Moneda con el trabajo realizado por Hacienda y cómo Marcel ha liderado el equipo económico, integrado también por la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, y su par de Economía, Nicolás Grau.

El reconocimiento del oficialismo y del propio Boric a Marcel es haber logrado un superávit fiscal en 2022 luego de más de una década, tras el complejo escenario que dejó la pandemia en las finanzas públicas, y estar cerca de lograr un acuerdo para sacar adelante la reforma tributaria. Adicionalmente, y pese a las aún altas tasas inflacionarias, existe tranquilidad sobre cómo la actividad ha evolucionado en los últimos meses y satisfacción por el reconocimiento de diferentes agencias internacionales al desempeño de la economía chilena.

El inesperado aterrizaje de Boric en Hacienda para conversar sobre “las perspectivas de la economía” también se concreta ad portas de un nuevo cambio de gabinete que pretende ajustes de piezas ministeriales con gestión mal evaluada y equilibrios políticos a nivel de subsecretarías entre los partidos de Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad.

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