El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, planea solicitar el 9 de marzo el mayor presupuesto militar en la historia de EE.UU. para el año fiscal 2024, y uno de los más grandes de la nación en tiempos de paz, asegura Bloomberg.
Un funcionario familiarizado con el presupuesto, que pidió no ser identificado, afirma que la cifra podría ubicarse por encima de los 835.000 millones de dólares, que superaría con creces los 816.000 millones de dólares que se asignaron al Pentágono para el año fiscal en curso, que finaliza el próximo 1 de octubre.
Antes de que la solicitud sea enviada formalmente al Congreso, se supo además que la Administración estadounidense podría destinar 170.000 millones de dólares para la adquisición de armas y 145.000 millones para investigación y desarrollo, cifras que en ambos casos resultan récord. Se especula que el aumento de fondos estaría principalmente influenciado por las crecientes tensiones con China, a quien el Pentágono ve como un potencial reto en materia de liderazgo militar.
Entre los principales beneficiados del nuevo presupuesto se encuentra el programa F-35, para el cual se solicitarán 13.500 millones de dólares destinados a la adquisición, desarrollo y actualización de estos cazas de combate, considerados el sistema de armas más costoso de EE.UU. Así, el Pentágono ha solicitado 83 de estas aeronaves.
El proyecto también solicita una financiación significativa de municiones de largo alcance, para poner a disposición de la Fuerza Aérea y la Armada en caso de un futuro conflicto con Pekín, detalló otra fuente.
Un alto funcionario de la administración Biden afirma que esta nueva solicitud de gastos de defensa será la más grande de la historia en términos «nominales» (sin ajustar por inflación) y también uno de los mayores presupuestos en tiempos de paz. No obstante, los fondos destinados al Pentágono en la década del 2000 resultan más altos al actualizarlos a dólares del año fiscal 2022, explicó. Entre 2008 y 2011, cuando la administración del presidente George W. Bush envió tropas y equipos estadounidenses a Irak, el gasto total del Departamento de Defensa —cuando se mide en dólares del 2022— termina oscilando entre 832.000 y 858.000 millones.
El Pentágono: inmune a recortes
A pesar de los reiterados llamados para repensar las prioridades del Pentágono en medio de los crecientes costos, es poco probable que quienes están a favor de recortar en temas de defensa sean escuchados y que el Congreso aborde con seriedad la posibilidad de destinar dineros para la solución de problemas tan graves como el creciente déficit y la carga de deuda de la nación, analiza Bloomberg en otro artículo.
Tanto progresistas como algunos conservadores se enfrentan a una mayoría de senadores reacios a los recortes para el Pentágono. Solo un pequeño contingente de republicanos quiere lo contrario y, según el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, hay «casi unanimidad» en su partido sobre la paridad entre Defensa y el gasto interno.
El mes pasado, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, expresó su apoyo para limitar el gasto a los niveles del año fiscal 2022. En caso de que el Pentágono sea incluido en los recortes, retroceder a los niveles presupuestarios del año pasado equivaldría a una pérdida de 75.000 millones de dólares para las arcas de Defensa.
Por su parte, el presidente del Comité de Servicios Armados del Senado de EE.UU., Jack Reed, respalda la solicitud de Biden, argumentando que el país tiene que «mirar con mucho cuidado las amenazas en medio de un apoyo activo a Ucrania», y recordar que debe invertir en la «competencia entre pares con los chinos».
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