A solo 24 horas de que se cumpla un año desde que arribó a La Moneda -el 11 de marzo- el Presidente Gabriel Boric concretó este viernes el segundo cambio de gabinete en lo que va de su administración.

Esta vez, a diferencia de la primera modificación de gabinete -cuando el Socialismo Democrático entró de lleno al comité político-, se apuntó también a un equilibrio en los cargos de segunda línea, como subsecretarías y secretarías ministeriales regionales (seremis).

Lo anterior era una solicitud levantada desde el Socialismo Democrático, y en especial del PS, quienes insistían en la necesidad de que, junto con el ajuste de ministros, existiera proporción en dichos cargos, considerando que Apruebo Dignidad ostentaba más asientos en esa segunda línea.

Uno de los primeros cambios ministeriales que se conoció -y que fue revelado por La Tercera- fue la restructuración completa de Cancillería, donde la ministra Antonia Urrejola dejó su cargo, además del subsecretario de Relaciones Internacionales, José Miguel Ahumada. Las gestiones de ambas exautoridades de Relaciones Exteriores estuvieron marcadas por polémicas y disputas cruzadas al interior de la Cancillería.

En un principio desde el gobierno se habían inclinado por el nombre de Marta Maurás, pero luego de quejas levantadas por círculos de diplomáticos y cuestionamientos de oposición sobre antiguos tuits sobre migración su nombre se desestimó. Es por ello que, finalmente, se designó al diplomático de carrera Alberto van Klaveren, abogado y exsubsecretario del área durante el primer gobierno de Bachelet.

Los salidas de ministros se dio principalmente en carteras sectoriales, algunos de ellos cuya gestión era mal evaluada desde Presidencia y ostentaban poco conocimiento por parte de la ciudadanía. En Cultura, por ejemplo, se concretó la salida de Julieta Brodsky (CS), y quien asumió en su reemplazo fue Jaime de Aguirre, exdirector ejecutivo de Televisión Nacional.

En el ministerio de Obras Públicas (MOP), en tanto, en reemplazo del exministro Juan Carlos García, se designó a Jessica López, quien se desempeñaba como presidenta del Banco Estado, la primera mujer en asumir ese cargo. En Deporte, ya era casi un hecho la salida de Alexandra Benado, una de las ministras que menor conocimiento tenía de parte de la ciudadanía. A esa cartera, finalmente, arribó el exjugador de de Colo Colo Jaime Pizarro, quien ejerció como subsecretario del área durante el primer gobierno de Michelle Bachelet.

Por último, en el Ministerio de Ciencias la exministra Silvia Díaz dejó su cargo y quien la relevó fue Aisén Etcheverry Escudero, exdirectora de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo.

En los días previos, el Presidente había insistido en la idea que el gabinete estaba funcionando plenamente y que “si es que llegase a haber (un ajuste), eso sucede y no se anuncia”.

Descartó, en la misma línea, durante los últimos días, que existieran presiones de parte de las colectividades que conforman la alianza de gobierno. “No ha habido presiones de los partidos, con los partidos estamos permanentemente conversando, los partidos han sido muy respetuosos de la autoridad presidencial de poder elegir a nuestros colaboradores. Mi intención e interés es proyectar esta alianza de gobierno en el largo plazo, por lo tanto, siempre estoy conversando con ellos y no en una lógica de presiones”, remarcó.

El primer cambio de gabinete de Boric había implicado un cambio en el corazón político del gobierno, con la salida de Izkia Siches de Interior tras una serie de errores en el ejercicio del cargo, y el enroque de Giorgio Jackson -amigo personal del Presidente- quien abandonó el comité político de La Moneda, pasando de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres) a la cartera de Desarrollo Social.

Los otros movimientos que había tenido el gabinete ministerial hasta ahora fueron las salidas de dos ministras, lo que provocó remezones importantes para el Ejecutivo en su momento. La primera fue Jeannete Vega, exministra de Desarrollo Social, por contactos con el líder de CAM, Héctor Llaitul, y la segunda Marcela Ríos (Justicia), luego de una serie de errores en la comunicación de los indultos presidenciales a doce condenados por delitos durante el estallido social y al exfrenstita Jorge Mateluna.

La crisis por los beneficios presidenciales -que desestabilizó la agenda trazada por el gobierno- obligó a repensar el comienzo del segundo año del Ejecutivo con innovación en los equipos.

Ministros mal evaluados
Otro de los factores que pesó para renovar el gabinete fue la mala evaluación y el poco conocimiento público que detentaban algunos de los secretarios de Estado.

La última encuesta Criteria -publicada el 2 de marzo- reveló que los ministros y ministras con más de un 60% de conocimiento eran son sólo 4: Camila Vallejo (Segegob) con un 87%; Giorgio Jackson (Desarrollo Social y Familia) con 85%; Carolina Tohá (Interior) con 81%; y Mario Marcel (Hacienda) con 65%.

En contraste, 12 ministros y ministras tenían menos de un 20% de conocimiento entre la población cuando a los encuestados se les mostró la foto.

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