El presidente de Argentina, Alberto Fernández, visitará Chile a principios de abril, informaron fuentes oficiales en el marco de la XXVIII Cumbre Iberoamericana, en la que el mandatario trasandino se encuentra junto al canciller, Santiago Cafiero.
A raíz de una reunión bilateral entre el ministro de Exteriores y su par chileno, Alberto van Klaveren, se concretó la visita del jefe de Estado argentino para el 5 de abril, con motivo de la conmemoración de los 205 años del Abrazo de Maipú entre los próceres Bernardo O’Higgins y José de San Martín.
Se espera que el encuentro sirva para que Fernández y su homólogo, Gabriel Boric, puedan bajar el tono después de las recientes críticas vertidas por el jefe de Estado argentino al sistema de Justicia chileno.
Fernández acusó a la Justicia local de ponerse «al servicio de quienes persiguen opositores», en una alusión al juicio que involucra al excandidato presidencial Marco Enríquez- Ominami, miembro -al igual que él- del Grupo de Puebla.
Aunque esta no es la primera vez que el presidente argentino critica a la Justicia chilena, ya que a mediados de febrero suscribió a una carta del Grupo de Puebla en la que 29 firmantes denunciaban que «desde el 2015, Marco Enríquez-Ominami viene siendo acusado por fiscales ligados directamente al expresidente de derecha Sebastián Piñera».
Sobre esta última situación, la embajadora en Buenos Aires, Bárbara Figueroa, expresó, según consignó Agencia EFE, que «no se sintió por parte del Gobierno una afrenta y si bien se hizo un planteamiento por parte de nuestra entonces canciller, no es una materia extremadamente sensible para el Gobierno».
En ese momento, Boric dijo no tener interés alguno en una escalada de la tensión con Argentina, pero advirtió a su homólogo de la necesidad de respetar mutuamente las instituciones.
Por otra parte, Figueroa destacó que intenta «mantener un diálogo permanente con el embajador (argentino en Chile, Rafael) Bielsa».
En las semanas previas hubo otra polémica entre ambas naciones, tras la filtración de un audio en el que se escuchaba a la entonces canciller chilena, Antonia Urrejola, llamando «huevón» a Bielsa.
Asegura que dichos no son «contra Chile y menos contra el gobierno»
El presidente argentino volvió a abordar el tema este sábado, desde Santo Domingo, respondiendo a las críticas del ministro de Justicia de Chile, Luis Cordero, quien había calificado sus acusaciones contra los tribunales como «impertinentes» e «impropias». Fernández negó que sus comentarios hayan sido un error y argumentó que tiene una larga historia de lucha por los derechos humanos y la justicia.
También enfatizó que la justicia prolongada es injusta y que no está atacando a Chile o al gobierno, sino defendiendo los derechos vulnerados de una persona en Chile. Además, lamentó la necesidad de mostrar a Argentina confrontando con Chile y aseguró que tiene una buena relación con el presidente Boric.
Por último, aclaró que no está opinando sobre las instituciones chilenas, sino sobre los derechos humanos y que estos no tienen fronteras.
«La única verdad es que hay un juicio que lleva más de una década y tiene de rehén a una persona. Y que todo empezó por su condición política, porque no nos olvidemos de que cuando este juicio empezó Marco Enríquez-Ominami era un líder emergente y en verdad su potencial se frustró por todo esto», aseguró, junto con afirmar que sus declaraciones no van a significar un retroceso en las relaciones diplomáticas: «Yo no quiero que ningún chileno lo tome como un ataque a Chile, porque lo que nunca será posible es que Chile y Argentina tengamos mal vínculo»
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