El Presidente Gabriel Boric celebró este jueves la disposición expresada por el gran empresariado en Enade en para alcanzar acuerdos que permitan sacar adelante las reformas que su Gobierno pretende impulsar en materia tributaria y previsional, recalcando que ese espíritu es correspondido por parte del Ejecutivo.
Durante su discurso, el Mandatario recogió los llamados realizados por el presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Ricardo Mewes, y la líder de Icare, Karen Thal, quienes subrayaron la necesidad de que lidere un proceso que conduzca a la unidad para acordar las reglas básicas del país.
Al respecto, Thal señaló en la previa que «ha llegado la hora de hacer un esfuerzo sincero, serio y honesto para ponernos de acuerdo en ciertas reglas básicas que definan lo que queremos ser como país (…) nuestro gran desafío es recuperar el sueño de movilidad social, el sueño del desarrollo que nos incluya a todos».
En respuesta, Boric indicó que «me uno a tu sueño en su primera versión, Karen. Pero no podemos ser ingenuos, no todos los sectores políticos están en esa disposición. Por eso, valoro muchísimo que acá se exprese esa conexión en la divergencia. No me cabe ninguna duda de que con ese espíritu lo vamos a poder sacar adelante».
En ese contexto, el jefe de Estado puso como ejemplo la diálogo que permitió la aprobación del proyecto que reduce la jornada laboral a 40 horas semanales. «El acuerdo por las 40 horas creo que es un gran ejemplo también de cómo avanzan los países», comentó.
A su juicio, el proceso de tramitación de esa iniciativa «fija una ruta, que vamos a tener que dialogar para poder sacar adelante las reformas, en donde nadie va a conseguir el 100% de lo que era su posición inicial. Pero por el bien de Chile, como decía Karen y Ricardo, debemos ponernos de acuerdo».
«Todos vamos a tener que ceder respecto a nuestras posiciones iniciales (…) creo que es muy relevante el insistir en que en una democracia los caminos para llegar a acuerdos son quizás más ripiosos, más difíciles, un poco más lentos, pero valen la pena. La democracia vale la pena», subrayó.
Boric presenta credenciales
Asimismo, durante su alocución, el gobernante reiteró en varios pasajes su disposición a conectar con los empresarios. De hecho, al comenzar, señaló que «me siento con una gran responsabilidad al hablar hoy día en este foro. Por mi trayectoria y mis ideas, sé que en muchos de quienes están aquí presentes puedo despertar suspicacias».
«Les confieso que yo también las tengo frente a muchos de ustedes. Pero en el ejercicio de un año de Gobierno, he podido confirmar con total certeza que hay algo que independiente de cualquier diferencia, nos une y nos permite trabajar juntos, que es el amor profundo hacia nuestro país», aseveró.
En esa línea, indicó que «no me cabe ninguna duda que los empresarios no son personas movidas solo ni principalmente por la codicia, como algunas veces se caricaturiza. Por mi parte, les puedo asegurar que mi generación y nuestro gobierno no somos personas que están movidas únicamente por el poder o el romanticismo voluntarista, que es ajeno a las necesidades de la economía y de la empresa».
«Personalmente, estoy consciente que puedo tener muchos defectos, pero si hay uno que he tratado de mantener particularmente al margen es la arrogancia y la tozudez. No creo, estimados y estimadas, saberlo todo. Reconozco cuáles son las zonas en donde requiero y requerimos ayuda y apoyo», enfatizó.
El jefe de Estado remarcó que «estoy permanentemente abierto a escuchar y a aprender. Y no siento que mi ego ni mi autoridad descansen en la pretensión absurda de tener siempre la razón. Y menos en aplastar, ningunear o ignorar a nuestros contradictores o adversarios en la vida política».
«Soy, y espero que esto se transmita en todo nuestro gobierno, una persona de diálogo y de acuerdos. Por eso se los digo de entrada, no nos dejemos llevar por los prejuicios. Tratemos de mirarnos con empatía, también con clemencia. No me cabe ninguna duda que si lo hacemos podemos trabajar juntos por el bienestar de nuestro pueblo y por el futuro de Chile», manifestó.
Asimismo, destacó los avances que ha tenido su administración y los esfuerzos que está haciendo, sobre todo en materia de seguridad. En ese contexto, indicó que «nos gustaría hacerlo más rápido y para eso necesitamos la colaboración de el sector público y el sector privado unidos por recuperar lo que es de todos los chilenos».
«¿Hemos aprendido entonces? Obvio que sí hemos aprendido. ¿En el camino hemos tenido que corregir en el camino? Por supuesto. Hay quienes nos acusan que ello, el corregir, el reflexionar respecto de los actos propios, sería una inaceptable muestra de cambio de opinión», recordó.
En ese sentido, se preguntó: «¿Acaso tendría más credibilidad una autoridad que enbiste tozudamente contra la realidad, aunque eso lleve al país por un mal camino? No me imagino que ustedes en sus empresas confíen en ese tipo de liderazgo, en liderazgos mesiánicos».
«La política y el liderazgo en todas sus formas es el arte de escuchar y aprender de quién piensa distinto, del diálogo, del acuerdo, de encontrar los puntos mínimos comunes. La inflexibilidad es la vocación del fanático, del profeta o del mesías. Y yo no soy ninguno de ellos», concluyó.
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