El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, reconoció este lunes que la entrega de munición prometida a Ucrania para defenderse de Rusia no va al ritmo previsto, aunque la UE está haciendo “todo lo que puede” para cumplir sus compromisos.
“La munición tiene unas cifras que no alcanzan las perspectivas que me gustarían a mí y a (el ministro ucraniano de Exteriores, Dmitro) Kuleba, sin duda. Pero es cuestión de forzar el ritmo y aumentar las entregas”, dijo Borrell en una rueda de prensa al término de un Consejo de ministros de Exteriores.
Kuleba participó en la reunión de los ministros europeos por videoconferencia y, tras expresar su “frustración” la semana pasada por los retrasos, hoy volvió a insistir en que la UE actúe para subsanar las dificultades.
“Kuleba manifiesta la angustia del que vive en una guerra”, apuntó Borrell, quien vio “normal” que “pida con insistencia y urgencia más y más ayuda”.
En cualquier caso, aseguró que desde la UE “hacemos todo lo que podemos para cumplir con todos nuestros compromisos”, si bien reconoció el retraso en la entrega de munición para artillería aunque la de misiles progresa con más fluidez, al haber proporcionado ya mil unidades, dijo.
La UE se ha comprometido a dar a Ucrania un millón de rondas de munición este año y, para ello, ha impulsado varias vías en paralelo. La primera de ellas consiste en que los Estados miembros entreguen cuanto antes a Ucrania toda la munición que puedan que tengan almacenada.
En ese contexto, la UE va a financiar con 1.000 millones de euros procedentes del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz (FEAP) parte del coste de la entrega urgente de munición; de ese montante, se han empleado ya 600 millones, según Borrell, y aún hay “margen para seguir cofinanciando”.
Una segunda vía paralela consiste en el acuerdo político que lograron los ministros en marzo para emplear otros 1.000 millones de euros del FEAP en pedidos conjuntos a la industria por parte de los Estados miembros.
En cambio, los Veintisiete aún no han logrado plasmar ese pacto en un texto jurídico que deje claro que solo se reembolsará material fabricado en la UE o Noruega, como acordaron y como pide especialmente Francia.
Otros países, como dejó hoy patente Lituania, comprenden la oportunidad para dar un impulso a la industria europea de defensa, pero consideran que lo más importante en este momento es “la velocidad” y no retrasar la entrega de armas y munición a Kiev para que pueda cosechar el máximo de éxitos en el campo de batalla.
“No estamos esperando el consenso sobre el último párrafo del acuerdo para poner en marcha su aplicación”, señaló no obstante el jefe de la diplomacia comunitaria, que aseguró que la Agencia Europea de Defensa y los Estados miembros ya están trabajando “para poner en marcha todos los mecanismos para que se puedan aplicar”.
Brasil y China
Borrell aludió a las propuestas de negociación lanzadas por Brasil o China y dejó claro que “todos queremos la paz, en primer lugar los ucranianos, pero tiene que ser una paz justa”, recalcó.
“¿Dónde estaban estos llamamientos (a la paz) cuando Rusia amasaba tropas en la frontera (ucraniana)?”, se preguntó.
Además, subrayó que es necesario “hablar con Kiev e ir allí para ver la agresión a través de sus ojos, a través de los ojos de los que están siendo bombardeados”, apostilló.
“Hay que ser claros sobre lo que está pasando. Hay un agresor que ha violado la Carta de Naciones Unidas y que ha invadido otro país, y hay una víctima de esta agresión. No podemos aceptar este tipo de enfoque benévolo que dice que uno no quiere parar y el otro tampoco”, resumió.
“No se puede poner en pie de igualdad al agresor y al agredido y por eso estamos apoyando a Ucrania. Ahora incluyendo tanques, defensa aérea e incluso aviones de combate”, concluyó.
Según Borrell, la UE y sus Estados miembros ya han proporcionado apoyo militar a Ucrania por valor de 13.000 millones de euros y la misión de entrenamiento de la Unión de efectivos ucranianos ha completado ya la formación de 16.000 de ellos, de los 30.000 que se ha marcado como objetivo.
(Con información de EFE)
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