El dólar se ha convertido en un bien escaso en Bolivia.
Hasta el punto de que ya hay expertos que hablan de un «racionamiento» y está creciendo un mercado paralelo que no se había visto en el país en muchos años.
Desde el pasado 9 de marzo, el Banco Central se ha convertido en casi el único lugar en el que se puede conseguir la divisa y en torno a él se han formado a diario largas colas de ciudadanos y desde finales de marzo los medios locales informan de que hay que esperar semanas para que a uno le entreguen su dinero en divisa.
El gobierno asegura que la economía boliviana es estable y el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, culpó de lo ocurrido a «un brote especulativo» que llevó a un exceso de demanda.
Los analistas consultados creen, sin embargo, que lo que está ocurriendo es resultado del mal manejo de la política económica y de años de déficits fiscales que han acabado consumiendo las reservas internacionales.
BBC Mundo solicitó comentarios al Ministerio de Economía, pero no obtuvo respuesta.
La escasez de dólares es vista como otra muestra de preocupación acerca de la salud de la economía de Bolivia, un país que durante los años de Evo Morales en la presidencia (2006-2019) se presentaba como ejemplo de sobriedad y rigor en las cuentas públicas, pese a sus ambiciosos programas sociales.