Los resultados de la elección de consejeros constitucionales no solo causaron sorpresa en Chile, sino que también provocaron el asombro de la prensa extranjera, que destacó en sus páginas el proceso electoral e intentó explicar los llamativos resultados.
La prensa española dio amplia cobertura al proceso. El diario «El País» tituló: «Giro en Chile: Boric retrocede y la extrema derecha se convierte en la primera fuerza política». «El bloque de las dos derechas logra más de tres quintos del consejo y queda en sus manos el control de la futura Constitución», consigna el medio.
Agrega que «el Partido Republicano, la formación de extrema derecha de Chile, obtuvo el domingo un contundente triunfo en las urnas» y hace ver que «la fuerza liderada por el ex candidato presidencial José Antonio Kast (…) ha defendido la vigencia de la Constitución actual, redactada en 1980, en la dictadura de Augusto Pinochet» y tiene «vínculos con Vox». «Es un terremoto en la política chilena (…) La extrema derecha ha superado por mucho al conservadurismo histórico», afirma el medio español.
También asegura que en estas elecciones se ha producido un hito «de máxima importancia»: «La extinción de la centroizquierda, agrupada en la lista Todo por Chile». Y también advierte que el resultado «ha configurado una gran paradoja: Cuando los 15,1 millones de chilenos tengan que volver a las urnas para aprobar o rechazar la nueva propuesta de Ley Fundamental en diciembre, deberán elegir entre la Constitución de Kast o la de Pinochet».
En otro artículo, que titula «Del ‘tsunami’ de extrema derecha a la extinción del centroizquierda», el medio español se dedica a analizar las claves de la elección en Chile, afirmando que «los comicios han dado la vuelta al tablero político del país sudamericano».
«La Constitución pasó de ser el motor de Boric a todo un karma»
En tanto, «El Mundo», de España, publica: «Terremoto político en Chile: la derecha gana con amplitud las elecciones y tiene en sus manos la nueva Constitución». También da cuenta que «el gran triunfador fue José Antonio Kast, líder del partido Republicano».
Menciona que «la derrota era esperada por el gobierno, pero no entraba en los cálculos que la suma de los escaños de la derecha les diera el poder de decidir la Constitución a su antojo. El hundimiento de la centroizquierda, que no consiguió representación, dejó sin apoyos a la izquierda de Boric». y advierte que «el éxito de Kast encierra toda una paradoja, ya que fue uno de los políticos que se opuso a volver a intentar un proceso constitucional».
«Así, la política chilena sigue mostrándose imprevisible (…) los chilenos vuelven a dar muestras de autonomía política y de un giro en sus deseos y prioridades», señala el medio, consignando incluso que «aquel fervor por el cambio constitucional (…) ya no existe» y que «en el barrio de clase media alta y alta de Vitacura, el fervor de la juventud no era por el cambio constitucional, sino por hacerse, tras esperas de más de una hora, con las codiciadas ‘donuts’ de un local de moda».
Asimismo, apunta que «aprobar una Constitución que deje en el recuerdo la sancionada en 1980 durante la dictadura de Augusto Pinochet pasó de ser el motor y el impulso de Boric en el camino a la presidencia a todo un karma para el joven jefe de Estado», quien, según el medio, «viene sufriendo un desgaste prematuro».
«Desaire al Presidente Boric» y «fortalecimiento del peso chileno»
Bloomberg, por su parte, también dedicó espacio al proceso constitucional en Chile y destacó que «Los partidos conservadores de Chile liderarán la reescritura de la Constitución después de una victoria masiva en el desaire al Presidente Boric».
«Los conservadores de la oposición de Chile asestaron un golpe significativo al gobierno de Gabriel Boric, en una elección sorpresiva que socava la agenda progresista del Presidente y establece un repunte potencial en los activos locales», señala el medio.
En su análisis, «el resultado equivale a un cambio político radical en la nación sudamericana a medida que gira hacia la derecha, aproximadamente tres años después de que los disturbios civiles paralizaran gran parte del país en medio de demandas de mayor igualdad y mejores servicios sociales» y «también marca un nuevo revés para Boric».
«Con la votación del domingo eliminando las preocupaciones restantes sobre cambios radicales a la Constitución, los activos chilenos están listos para un repunte», destaca el medio, citando a un economista bancario que afirma que el resultado «será un fortalecimiento del peso chileno, una suba en la bolsa y una caída en las tasas swap de corto plazo».
«Ultraderecha arrasa»; «Golpe a Boric y su proyecto de nueva izquierda»
En tanto, «La Nación» de Argentina destaca en su titular que «La ultraderecha arrasa en la elección de constituyentes y redactará una nueva Constitución» en Chile. «La derecha ultraconservadora se impuso con holgura ayer en la elección de los miembros del consejo que redactarán una nueva propuesta de Constitución para reemplazar a la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet», consigna el medio.
También apunta que «el Partido Republicano, que se opone al aborto y tiene un discurso contra los migrantes, no necesita negociar con nadie y puede escribir la Constitución que quiera». Mientras que los «partidos tradicionales de la izquierda chilena, como el Partido Radical, la Democracia Cristiana o el Partido por la Democracia –que dominaron la escena política tras el retorno a la democracia después de Pinochet (1973-1990)– quedaron fuera del Consejo» y «el populista Partido de la Gente tampoco consiguió ningún escaño».
Por su parte, «Clarín» informa que «La ultraderecha arrasó en las constituyentes de Chile». En su artículo menciona que «el ultraderechista Partido Republicano» es «partidario de mantener la actual Constitución» y que «está liderado por José Antonio Kast, quien es un defensor acérrimo del modelo neoliberal instaurado en Chile por la dictadura militar».
En otro titular, el mismo medio afirma que los resultados de la elección de constituyentes en Chile implica un «golpe para el gobierno de Gabriel Boric y su proyecto de nueva izquierda».
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