Christine Lagarde, presidente del Banco Central Europeo (BCE) advirtió que los cambios en la economía mundial inducidos por la situación geopolítica plantean un desafío para el Banco Central Europeo y sus pares.
“Estamos siendo testigos de una fragmentación de la economía global en bloques que compiten, y cada bloque intenta acercar la mayor parte del resto del mundo a sus respectivos intereses estratégicos y valores compartidos”, dijo ayer la líder del BCE.
“Todo esto podría tener implicaciones de gran alcance en muchos dominios de la formulación de las políticas monetarias por parte de los bancos centrales”, aseguró Christine Lagarde en un discurso en el Consejo de Relaciones Exteriores en Nueva York, describiendo la posible inestabilidad en torno a las cadenas de suministro mundiales, así como una mayor “multipolaridad”.
Los comentarios de Lagarde se suman a una discusión sostenida la semana pasada entre los jefes de Finanzas sobre el papel creciente de las luchas geopolíticas –como la invasión de Ucrania por parte de Rusia– en la economía global.
La conclusión clave entre las naciones ricas y democráticas es que existe la necesidad de una mayor “resiliencia” de las cadenas de suministro para garantizar que estén mejor aisladas de riesgos que van desde guerras y pandemias hasta intentos de coerción por parte de regímenes autoritarios.
Pero otros, incluido el Fondo Monetario Internacional, advierten que una “fragmentación” del mundo en bloques competitivos puede perjudicar el crecimiento.
“Los bancos centrales deben proporcionar estabilidad en una era que es cualquier cosa menos estable”, dijo Lagarde.
“El momento de pensar en como responder a la cambiante situación geopolítica no es cuando la fragmentación esta sobre nosotros, sino antes”, aseguró la presidente del BCE.
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