La inflación en Argentina se aceleró todavía más en abril, manteniéndose en territorio de tres dígitos ya que la venta masiva de pesos provocada por los temores de devaluación hizo que los costos fueran aún más altos.

Los precios al consumidor en abril subieron un 108,8% respecto al año anterior, el nivel anual más alto en tres décadas y más que las expectativas de los economistas.

Solo en abril, los precios subieron duro 8,4%, muy por encima de las previsiones de los economistas de un 7,5%, según datos gubernamentales publicados el viernes por la tarde.

Los precios de los alimentos, la categoría ponderada más grande en el índice de Argentina, aumentaron un 10,1% respecto al mes anterior. La ropa, los restaurantes, los hoteles y los artículos para el hogar también estuvieron por encima de la cifra principal.

Solo una categoría, las bebidas alcohólicas, mostró un aumento de precios inferior al 5% mensual.

Los temores de inflación se desbordaron cuando los precios se dispararon en marzo, lo que exacerbó un círculo vicioso en el que el peso sufrió una fuerte liquidación del 13% en los mercados paralelos.

Esa caída llevó a algunos ahorradores argentinos a retirar más de mil millones de dólares en depósitos en dólares, o el 6,7% del total, del sistema bancario el mes pasado. La volatilidad del peso ayudó a impulsar aumentos de precios adicionales durante abril.

Ante un panorama que empeora rápidamente, los funcionarios de Buenos Aires buscan renegociar el programa de Argentina de US$44.000 millones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con la esperanza de recibir más dinero por adelantado.

Sin embargo, el gobierno no está cumpliendo con algunos de los objetivos clave del programa que suelen ser un punto de referencia para que el FMI apruebe fondos.

La crisis inflacionaria de Argentina se desarrolla antes de las elecciones presidenciales de octubre y los economistas anticipan una fuerte recesión este año debido a los precios en constante aumento y una sequía histórica que está arruinando las exportaciones de cultivos esenciales.

Se espera que la economía se contraiga un 3,1% este año, según la última encuesta mensual del banco central.

El presidente Alberto Fernández, quien ya anunció que no buscará un segundo mandato en el contexto económico actual, ha recurrido a controles de divisas y congelaciones de precios. Más recientemente, sus reguladores intimidaron a inversionistas y analistas en el mercado local en un intento fallido por enfriar los precios. Su coalición gobernante aún no ha anunciado un candidato presidencial.

/psg