En el territorio del Chapare, la policía encontró, en sólo tres días, 34 factorías de cocaína y el ex presidente Evo Morales, líder de los productores de coca, reaccionó acusando al gobierno de Luis Arce de estar dominado por la corrupción.
El ministro de gobierno, Fernando del Castillo, a quien el cocalero acusa de ser un agente de la DEA de Estados Unidos, dijo que se trató del más grande operativo que se hace en Bolivia contra el narcotráfico y que ahora se propone terminar su tarea.
Morales aseguró en radio Kausachum Coca que en el próximo congreso del Movimiento al Socialismo (MAS) propondrá la expulsión definitiva de todos los militantes corruptos y afirmó que la corrupción está destruyendo el gobierno de Arce.
El operativo policial destruyó 27 factorías donde se elaboraba la “pasta base” de cocaína (sulfato) y 7 fábricas de clorhidrato de cocaína, la “diosa blanca”.
Los propietarios de las factorías de sulfato estaban afectados ya por la escasez de combustibles, usados para la reducción de las hojas de coca en fosas de maceración.
La escasez de diésel y gasolina fue explicada por el vocero del gobierno, Jorge Richter, con mucha franqueza: el Estado no tiene ahora los dólares suficientes para cubrir esas importaciones.
Los empresarios del sector legal de la economía realizan protestas por la falta de combustible y cuando se proponen importarlos ellos, chocan con el problema de no contar con dólares.
Esto está paralizando la economía, denunciaron los empresarios, ante lo cual el gobierno dice que “pronto” se normalizará la provisión de dólares.
Por el momento, incluso la exportación de droga a bordo de avionetas piratas que operan desde pistas clandestinas también está afectada, por la escasez de gasolina de aviación. Todo se está paralizando.
El economista Antonio Saravia califica como un absurdo que el gobierno, aquejado por la escasez de dólares, no haya anulado la prohibición de exportaciones que dispuso para algunos productos de la región de Santa Cruz, donde se critica las políticas del “centralismo andino”.
La venta de dólares está muy restringida y eso ha provocado una devaluación de facto de la moneda boliviana, que se mantenía desde 2013 en una paridad de 6,96 con el dólar, y ahora sólo se la puede adquirir en 8,10 en el mercado negro.
La moneda boliviana ha perdido interés para el comercio regional a tal punto que en el norte argentino se la rechaza y ha surgido el fenómeno de que algunos productos, como la carne de cerdo, sea enviada, de contrabando, al Perú, donde el “sol” se mantiene estable desde hace treinta años. En Perú, dicen los comerciantes, se puede vender productos bolivianos y con mucha facilidad se cambian los soles por dólares.
La debilidad de la moneda boliviana se refleja ahora en el encarecimiento de los productos que llegan desde los cinco países vecinos y que solían ayudar a que se mantenga controlada la inflación, que ahora se está disparando.
Según El Deber de Santa Cruz, ocho productos de la canasta familiar tienen ahora precios más altos, como ser la carne de res, de pollo, huevo, harina, azúcar y otros.
Estos precios suben no sólo porque llegan más caros del exterior, sino también porque algunos de esos productos son llevados de contrabando a países vecinos por comerciantes que buscan los dólares.
Difíciles días para el economista Luis Arce que solía ufanarse de haber logrado la “bolivianización” del sistema financiero al reducir el uso dólar en los ahorros y los créditos. Acaba de descubrir que la economía boliviana sigue muy dolarizada: las casas se cotizan en esa moneda, los alquileres también, así como los autos.
Una señora que tiene 18.000 dólares en un banco local nos dijo que debe esperar 45 semanas para recuperarlos, porque sólo le permiten retirar montos de 200, dos veces por semana.
Los que tenían su dinero en el banco Fassil, cerrado por el gobierno, y que tenían 556 millones de dólares, han sido avisados que los podrán recuperar desde otros bancos, pero en moneda nacional, con el cambio oficial.
Esto mismo hizo el gobierno de Hernán Siles Zuazo en 1982 y se llamó “desdolarización”, porque el precio del estaño se había caído tanto que fue eliminado de las cotizaciones de la Bolsa de Metales de Londres.
Ahora, la crisis de los hidrocarburos ha provocado que las exportaciones caigan en 800 millones de dólares en los primeros tres meses del año y las exportaciones de gas natural a la Argentina se hayan reducido en 16%.
La “nacionalización” del petróleo dictada por Evo Morales y Luis Arce en 2006 provocó que cayeran las inversiones petroleras y ahora Bolivia no tenga gas, que se agotará en dos o tres años.
El MAS ha creado una crisis económica que está reduciendo dramáticamente sus posibilidades electorales, según anticipan las encuestas.
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