Científicos descubrieron una gran masa misteriosa de material debajo del cráter más grande de nuestro Sistema Solar, la cuenca Aitken del Polo Sur de la Luna, que puede contener metal de un asteroide que se estrelló contra la Luna y formó el cráter, según un estudio de la Universidad de Baylor, publicada en 2019, y republicada en una nota esta semana por varios sitios web.
“Imagínese tomar una pila de metal cinco veces más grande que la Isla Grande de Hawái y enterrarla bajo tierra. Esa es aproximadamente la cantidad de masa inesperada que detectamos”, dijo en un comunicado el autor principal Peter B. James, Ph.D., profesor asistente de geofísica planetaria en la Facultad de Artes y Ciencias de Baylor.
El cráter en sí tiene forma ovalada, con un ancho de 2.000 kilómetros, aproximadamente la distancia entre Waco, Texas y Washington, DC, y varios kilómetros de profundidad. A pesar de su tamaño, no se puede ver desde la Tierra porque se encuentra en la cara oculta de la Luna.
El estudio, llamdo “Estructura profunda del Polo Sur Lunar-Cuenca Aitken”, se publicó en la revista Geophysical Research Letters.
Para medir cambios sutiles en la fuerza de la gravedad alrededor de la Luna, los investigadores analizaron datos de naves espaciales utilizadas para la misión del Laboratorio Interior y de Recuperación de Gravedad (GRAIL) de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (Nasa).
“Cuando combinamos eso con los datos de topografía lunar del Lunar Reconnaissance Orbiter, descubrimos una cantidad inesperadamente grande de masa cientos de millas debajo de la cuenca del Polo Sur-Aitken”, dijo James. “Una de las explicaciones de esta masa adicional es que el metal del asteroide que formó este cráter todavía está incrustado en el manto de la Luna”.
La masa densa, “sea lo que sea, venga de donde venga”, pesa 2.180 millones de kilogramos, está a más de 300 km de profundidad y tiene una longitud de 2.000 km, dijo. Las simulaciones por computador de grandes impactos de asteroides sugieren que, en las condiciones adecuadas, el núcleo de hierro y níquel de un asteroide puede dispersarse en el manto superior (la capa entre la corteza y el núcleo de la Luna) durante un impacto.
“Hicimos los cálculos y demostramos que un núcleo suficientemente disperso del asteroide que provocó el impacto podría permanecer suspendido en el manto de la Luna hasta el día de hoy, en lugar de hundirse en el núcleo de la Luna”, dijo James. Otra posibilidad es que la gran masa sea una concentración de óxidos densos asociados con la última etapa de la solidificación del océano de magma lunar.
James dijo que la cuenca del Polo Sur-Aitken, que se cree que se creó hace unos 4.000 millones de años, es el cráter conservado más grande del Sistema Solar. Si bien es posible que se hayan producido impactos más grandes en todo el Sistema Solar, incluso en la Tierra, la mayoría de los rastros se han perdido.
James llamó a la cuenca “uno de los mejores laboratorios naturales para estudiar eventos de impacto catastrófico, un proceso antiguo que dio forma a todos los planetas rocosos y lunas que vemos hoy”.
*Esta investigación fue apoyada por el equipo científico del Laboratorio Interior y de Recuperación de la Gravedad de la NASA (GRAIL).
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