El jefe de la compañía de mercenarios Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, admitió el fracaso de la campaña militar rusa en Ucrania, al constatar que no se ha cumplido ninguno de sus objetivos, y advirtió que Rusia podría enfrentarse a una revolución similar a la de 1917 y perder el conflicto en Ucrania a menos que la élite se tomara en serio la lucha.

“La operación militar especial se lanzó con el objetivo ‘desnazificar’, pero convertimos a Ucrania en una nación conocida en todo el mundo. Son (los ucranianos) como los griegos y los romanos de los tiempos del florecimiento”, dijo el líder de los wagneritas en un entrevista publicada en su canal de Telegram.

La desmilitarización de Ucrania, la otra misión planteada por el presidente ruso, Vladímir Putin, también es un fracaso para Prigozhin. “Si antes del comienzo de la operación especial ellos (los ucranianos) tenían digamos 500 tanques, ahora tienen 5.000. Si entonces sabían combatir 20.000 efectivos, ahora son 400.000. ¿Así la desmilitarizamos? Ahora resulta que nosotros militarizamos Ucrania, y de qué manera”, resumió.

Aseguró que el Grupo Wagner “es el mejor ejército del mundo” y añadió que, “para ser correcto, debiera decir que el segundo es el ruso”.

“Pero creo que los ucranianos tienen uno de los ejércitos más fuertes”, dijo Prigozhin y explicó que las tropas ucranianas manejan exitosamente cualquier sistema de armamento, ya sea de origen soviético o de la OTAN.

El mercenario más poderoso de Rusia dijo que su perspectiva política estaba dominada por el amor a la patria y el servicio al presidente Vladimir Putin, pero advirtió que Rusia corría peligro de agitación. Según analizó, existe una supuesta visión optimista según la cual Occidente se cansaría de la guerra y China mediaría en un acuerdo de paz, pero que él no creía realmente en esa interpretación.

En su lugar, dijo, Ucrania estaba preparando una contraofensiva destinada a empujar a las tropas rusas de vuelta a sus fronteras antes de 2014, cuando Rusia se anexionó Crimea. Ucrania intentaría cercar Bakhmut, foco de intensos combates en el este, y atacar Crimea, añadió.

“Lo más probable de todo es que este escenario no sea bueno para Rusia, así que tenemos que prepararnos para una guerra ardua”, dijo en la entrevista.

“Estamos en tales condiciones que podríamos perder a Rusia, joder, ese es el principal problema (…). Tenemos que imponer la ley marcial”.

Prigozhin arremetió también contra los hijos de la élite del país por la vida de lujo que exhiben en las redes sociales, cuando “a la gente de a pie les devuelven sus hijos en ataúdes de zinc, despedazados”.

“Y no hay que pensar que son cientos, ahora son decenas de miles de familiares de muertos. Y seguramente serán cientos de miles”, agregó.

Si los rusos de a pie siguen metiendo a sus hijos en ataúdes de zinc mientras los hijos de la élite “sacuden el culo” al sol, dijo, Rusia se enfrentará a una agitación similar a la de las revoluciones de 1917, que dieron paso a una guerra civil.

“Esta división puede acabar como en 1917 con una revolución”, dijo.

“Primero se levantarán los soldados, y después lo harán sus seres queridos”, afirmó. “Ya hay decenas de miles de ellos, familiares de los asesinados. Y probablemente habrá cientos de miles: no podemos evitarlo”.

Prigozhin criticó la política postsoviética de Rusia hacia Ucrania y tachó de poco clara, contradictoria y confusa la puesta en marcha de lo que el Kremlin denomina “operación militar especial”.

La cúpula militar rusa, dijo, había “metido la pata” repetidamente durante la guerra. El objetivo declarado de desmilitarizar Ucrania, dijo, había fracasado.

Prigozhin afirmó que el líder soviético Joseph Stalin no habría aceptado tal fracaso. El ataque transfronterizo a la región rusa de Belgorod puso de manifiesto el fracaso de la cúpula militar, y advirtió de que Ucrania intentaría penetrar más en Rusia.

También sostuvo que el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, debería ser sustituido por el coronel general Mikhail Mizintsev, mientras que el jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov, debería ser reemplazado por Sergei Surovikin, apodado “General Armagedón” por los medios de comunicación rusos.

Preguntado por su credo político: “Amo a mi patria, sirvo a Putin, Shoigu debe ser juzgado y seguiremos luchando”.

Rusia necesitaba movilizar más hombres y orientar la economía exclusivamente a la guerra, afirmó Prigozhin.

Wagner, dijo, había reclutado a unos 50.000 convictos durante la guerra, de los cuales cerca del 20% habían muerto. Aproximadamente la misma cantidad de sus soldados contratados, 10.000, también perecieron.

Por su parte, Ucrania habría sufrido en Bakhmut, según Prigozhin, unas 50.000 bajas.

Prigozhin dijo que su apodo de “chef de Putin” era estúpido, ya que no sabía cocinar y nunca había sido chef, bromeando que “carnicero de Putin” podría ser un apodo más adecuado.

“Podrían haberme puesto un apodo de inmediato: el carnicero de Putin, y todo habría ido bien”, dijo.

(Con información de EFE y Reuters)

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