“El Tren de Aragua es algo distinto, el Tren de Aragua es una especie de corporación, una gran empresa, que utiliza la violencia sin problemas cuando no se cumplen sus reglas”.

De esta forma, el fiscal regional de Tarapacá, Raúl Arancibia, describió en una entrevista con radio ADN a la organización criminal venezolana que opera en el norte del país.

Arancibia entregó algunos detalles de la indagatoria que realizó el Ministerio Público en coordinación con la Policía de Investigaciones para detener a 11 personas vinculadas al cartel -seis de ellos directamente, formalizados por asociación ilícita- e incautar 20 kilos de cocaína y 140 kilos de marihuana. Parte de esa droga era trasladada en un bus de dos pisos que fue fiscalizado el pasado 17 de mayo en la Región de Coquimbo y que había sido comprado por la banda. Además de droga, estos vehículos que adquirió la organización eran usados para el traslado de personas en situación irregular, desde el norte a Santiago.

“Desde el primer minuto que nosotros descubrimos la existencia de esta organización hace casi un año y medio, un poco más, no hemos dejado de investigar todo lo que ha significado su asentamiento. La verdad es que muchos de ellos llevaban años en Chile y no sabíamos de su existencia hasta que empezaron a ocurrir ciertos hechos que los fueron delatando”, señaló el persecutor.

El fiscal jefe de Tarapacá dijo que esta indagatoria reciente corresponde al tercer gran “golpe” que logran acertar en contra de la banda delictual en el país.

“Pudimos descubrir toda una línea de negocios de ellos, que les había significado incluso la compra de dos buses. Estamos hablando de enormes buses de dos pisos, igual que los buses interurbanos, que eran propios de ellos y con los que estaban traficando personas y por supuesto trasladando drogas”, sostuvo Arancibia.

Hubo una decena de allanamientos en la capital asociados a este procedimiento. Allí se detuvo a miembros del grupo que estaban siendo buscados desde hace tiempo por los equipos de la fiscalía y las policías.

“El golpe económico, patrimonial, resulta importante y demuestra que esta gente con sus ganancias va expandiendo sus negocios. La idea de ellos es asentarse acá. No es que vengan, quede un par preso y quieran irse del país. Yo creo que la situación es distinta y tenemos que acostumbrarnos un poco a ellos”, advirtió.

La autoridad destacó que hay un trabajo coordinado para apuntar a las estructuras que sostienen a la organización en el país.

“Tenemos antecedentes que desde afuera se preguntan cómo los pillaron. Hay gente desde afuera preocupada de los golpes que hemos dado acá. Hay gente a cargo de negocios, como la trata de personas, la prostitución, el tráfico de migrantes, de drogas, de armas. Esto va derivando a negocios de fachada: en la operación, anterior, de enero de este año, pudimos desbaratar negocios de comercio de alimentos como restaurantes que pertenecían a esta organización. Hoy día tenemos lo de los buses y sabemos de otras líneas de negocio en que ellos han ido invirtiendo con fuertes sumas de dinero en nuestro país, que indica sus deseos de asentarse”, expuso el persecutor.

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