En el sur, los soldados ucranianos combaten en un terreno despiadado: llanuras de cultivo que ofrecen poca protección para las tropas que intentan avanzar.
Casi 100 kilómetros más allá, en su avance para intentar llegar a un estratégico empalme ferroviario, la lucha es en una región minera salpicada de montañas de escoria.
Y más al este, están atacando las posiciones rusas en las sierras que rodean Bakhmut, ciudad hoy devastada que cayó en manos de las fuerzas rusas el mes pasado, después de la batalla más larga y encarnizada de la guerra.
Con estos feroces embates lanzados la semana pasada a lo largo de la línea de combate, empieza a delinearse la contraofensiva ucraniana, que implica un giro sustancial para la evolución de la guerra. Con cada enfrentamiento, Ucrania busca demostrar que es capaz de atacar en cualquier lugar, y al mismo tiempo intenta que Rusia deba defenderse en todas partes.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, habló finalmente este sábado de “acciones contraofensivas” de su ejército en el frente, sin confirmar si se trata de la operación de gran envergadura preparada y preanunciada desde hace meses por Kiev.
Los múltiples asaltos, concentrados en los frentes sur y este, funcionan como un ensayo del nuevo arsenal ucraniano de tanques y blindados aportados por Occidente y de las decenas de miles de soldados que se entrenaron durante meses en Europa para el combate. Tal como se esperaba, en las etapas iniciales Kiev está sufriendo bajas, y para seguir recibiendo el flujo de dinero y de armas de Occidente tendrá que mostrar avances significativos en su contraofensiva.
La seguidilla de avanzadas de las Fuerzas Armadas de Ucrania, que se lanzaron bajo un manto de secreto, están orientadas a sondear los puntos débiles de Rusia y a obligar al Kremlin a revelar prematuramente sus estrategias defensivas, antes de que se sume el grueso de las nuevas fuerzas ucranianas. En las inmensas tierras de cultivo, para evitar que el otro bando adivine dónde están concentradas sus fuerzas, ambos ejércitos maniobran para esconder sus centenares de tanques, blindados y obuses en pueblos minúsculos y entre la escasa vegetación.
Operación masiva
Cuando esté plenamente en marcha, la contraofensiva ucraniana probablemente se convierta en una de las mayores operaciones militares en territorio europeo desde la Segunda Guerra Mundial.
Kiev ya desplegó a los soldados de la 47ª Brigada Mecanizada -una de las nueve unidades formadas en octubre con el objetivo específico de reconquistar territorio ocupado-, que están armados con rifles M16, en vez de los Kalashnikovs que usan la mayoría de las tropas ucranianas. En esos caminos de tierra rurales, las banderas ucranianas que lucen en sus antenas los vehículos norteamericanos Humvee se sacuden en cada bache.
El ejército ucraniano también desplegó tanques alemanes Leopard 2 y vehículos de combate de infantería norteamericanos Bradley, una mejora respecto de su flota de vehículos armados de la era soviética. En total, Ucrania recibió de Occidente centenares de tanques, blindados y vehículos de desminado.
Las fuerzas de Kiev se enfrentan a las formidables líneas de defensas construidas por los rusos en los últimos meses: campos densamente minados, trincheras y barreras antitanques de hormigón. Los videos de la propaganda rusa muestran que en el fragor del combate algunas de las nuevas armas occidentales fueron destruidas o quedaron en el terreno, armazones abandonados en medio de campos llenos de cráteres.
El gobierno ucraniano mantiene reserva sobre sus acciones iniciales y dice que es necesario preservar el efecto sorpresa. Por su parte, el gobierno ruso se muestra triunfante y asegura haber repelido los ataques, aunque sin presentar evidencias.
El gobierno de Estados Unidos dice que es muy pronto para hacer un balance general de la contraofensiva, aunque manifestaron optimismo en cuanto al resultado.
Cada punto de combate tiene una importancia estratégica para Kiev.
Desde el sur
En los últimos días se intensificaron los combates cerca de la localidad agrícola de Orikhiv, en la región de Zaporiyia, y más el este, cerca de Velyka Novosilka, región de Donetsk, que hasta hace poco era una tranquila localidad rodeada de minas de carbón y de campos de girasol donde se cruzan varios caminos rurales.
Avanzar desde cualquiera de estos dos sitios del sur, considerados cruciales para cualquier contraofensiva ucraniana, podría permitirles abrir una brecha en el territorio ocupado por los rusos y cortar las conexiones ferroviarias y viales, partir la región en dos cortando el “puente terrestre” que conecta Rusia con la península de Crimea, y así poner en jaque las líneas de suministro rusas.
Los funcionarios ucranianos también dicen que sus fuerzas avanzan en las afueras de Bakhmut, hoy una ciudad fantasma de edificios incendiados y vacíos. Los combates se intensificaron en las colinas del oeste de la ciudad, cerca del canal de irrigación y de agua potable Donetsk-Donbass.
Como Rusia presenta la captura de esas ruinas como un botín de guerra, ahora tendrá que defenderlas o arriesgarse a sufrir un revés vergonzoso. Atacando esa zona, Ucrania podría obligar a Rusia a desviar recursos del este para defender sus conquistas en el sur.
En esta fase inicial, las fuerzas ucranianas básicamente están sondeando las líneas rusas para determinar los puntos más débiles. A continuación, darán un giro y se concentrarán en realizar los ataques que tengan mayor potencial de éxito.
Sean donde sean, esos ataques serán brutales y sangrientos, con importantes bajas para el bando ucraniano.
De hecho, la avanzada ucraniana sobre las llanuras agrícolas de la región de Zaporiyia se ha topado con una densa línea de defensas rusas. Los pueblos parecen totalmente abandonados. La zona es uno de los caminos más cortos para partir el territorio ocupado por Rusia en dos sectores, pero también es una de las más fortificadas.
Las imágenes satelitales muestran múltiples líneas de defensa rusas. Rusia pasó meses plantando minas, cavando búnkeres y levantando barreras antitanques de hormigón.
Las autoridades norteamericanas confirmaron que tanto rusos como ucranianos sufrieron pérdidas en los combates recientes, pero no dieron cifras. Las tropas ucranianas abandonaron o perdieron por lo menos tres tanques Leopard 2 de fabricación alemana y ocho vehículos de combate Bradley estadounidenses.
El ataque central
Hasta ahora se desconoce dónde asestará Ucrania su principal ataque, dice Mykhailo Samus, vicedirector del Centro de Estudios sobre el Ejército, la Conversión y el Desarme, una organización de investigación militar con sede en Kiev. Los ataques actuales están orientados a forzar a Rusia a revelar sus posiciones y estrategias, dice Samus.
Con el asalto de las tropas ucranianas, las fuerzas rusas mueven refuerzos y disparan artillería como respuesta, exponiendo sus posiciones y estrategias defensivas. También encienden sistemas de interferencia electrónicos y así revelan cómo utilizarán esos equipos en el combate.
En esas “misiones de sondeo”, los militares ucranianos recopilan información que luego usan para atacar con más precisión las posiciones de la artillería rusa, dice Samus, desgastando las defensas rusas antes del avance definitivo, que será más adelante. Para esa gran batalla “todavía falta tiempo y aún no sabemos exactamente dónde va a ser”.
Los analistas militares señalan que la principal táctica defensiva rusa es desplegar una primera línea delgada, con poca dotación de hombres, que detecte el ataque al ser sobrepasada. Detrás de esa línea, a los ucranianos los esperan los campos minados y más trincheras. Y más atrás todavía, están los refuerzos, que avanzan decididamente a contraatacar a las tropas de asalto mientras cruzan el campo minado.
Los combates podrían prolongarse durante meses, pero ambos bandos rápidamente salieron a instalar su propio relato de éxito, aunque con vaguedades y escasos detalles.
El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, dijo que las fuerzas de la 47° Brigada Mecanizada de Ucrania habían intentado romper la línea de frente cerca de Velyka Novolsilka, y agregó que el ataque fue repelido.
Los demás anuncios siguieron un patrón similar, con aseveraciones infundadas de que los ataques ucranianos habías sido repelidos, y el presidente Vladimir Putin llegó a declarar que la contraofensiva de Ucrania había fracasado. La aparente coordinación del relato ruso hace pensar que el Kremlin ya había preparado una estrategia comunicacional sobre la contraofensiva, según el análisis del Instituto para el Estudio de la Guerra, un grupo de expertos con sede en Estados Unidos.
El grupo dice que Ucrania ahora está atacando en tres puntos, pero con “resultados diferenciales”, y que cabe esperar que se produzcan “combates en zigzag”, con equipos de asalto que avanzan y son rechazados.
Escrito Por Andrew E. Kramer para The New York Times
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