El partido entre Deportivo Fla y Caciques FC está caliente. Muy cerca de su máximo punto de ebullición, como ocurre casi siempre en los partidos de barrio. La liga San Joaquín, que se disputa en las canchas cercanas al aeropuerto, no es la excepción. El choque, que tiene a varios nombres con pasado en el fútbol profesional, en el primer caso, y en las divisiones inferiores de Colo Colo, en el segundo, no es la excepción.

Una jugada, de hecho, desata el conflicto. Gamadiel García, el presidente del Sifup encara hacia el pórtico de los albos. En su propósito, es detenido con una fuerte infracción por Álvaro Orellana, quien actuaba como central en el equipo que agrupa a los exalbos. Ahí parte el lío que da origen a fuertes, pero confusas acusaciones. García es uno de los apuntados. El otro es Fernando Burgos, tesorero del Sifup. El conflicto puede escalar incluso a los tribunales.

Grave lesión

Víctor Sanhueza fue el que sacó la peor parte. Su ojo derecho da cuenta de esa situación. Fue el testigo más directo de la jugada que desató el conflicto que luego dio paso a una batalla campal, por lo que entrega una versión directa y pormenorizada. “Estoy jugando de central con Álvaro Orellana, Gamadiel va entrando. El Araña le entra fuerte. Gamadiel lo encara y le pega un cabezazo, le quiebra la nariz. Cuando se va al suelo, Gamadiel le da una patada y dos combos. Y se mete otro más y también lo golpea. Ahí aparece un tipo que me pega un golpe en la cabeza. A él lo enfrenté. Cuando estoy peleando con él, Burgos, se mete por atrás y me pega un combo en el ojo. Ellos eran como 40 y nosotros éramos 10. Nueve que llegamos a jugar y uno más. Nos sacaron la cresta”, explica.

Sanhueza intenta evaluar la situación en su justa medida, tal como le sugiere su vocación docente, pues es director de escuela. “Era expulsión de mi compañero la patada que pegó, pero nada justifica lo que pasó después. Yo traté de sacarlos”, sostiene. El relato prosigue. “Arrancamos. Yo me quedé sentado. Gamadiel llegó a mi lado tratando de sacarse culpa. El resto siguió peleando. Después llegó gente de la liga, de otros equipos, a calmar. A defendernos”, relata.

Estamos evaluando acciones legales, si corresponden. Yo soy director de un colegio. No pude ir a trabajar, porque no me puedo presentar así. Yo asumo que me puse a pelear de frente, pero que me peguen por atrás, es lo complejo”, insiste.

El estado en que quedó Víctor Sanhueza luego de la agresión.
El estado en que quedó Víctor Sanhueza luego de la agresión.
La versión de Gamadiel

García reconoce su participación en la jugada en cuestión, aunque se separa del lío posterior. “Fue la típica patada mala leche. Me expulsan, pero el tema posterior no tiene nada que ver conmigo ni con nadie de la gente de mi equipo. En esta ocasión, no tengo nada que que con la pelea. Soy amigo de muchos, porque jugamos en cadetes. No voy a andar agarrándome combos con gente que conozco. Jugué, efectivamente. La patada y el cabezazo eran expulsión para él y para mí. Nada más. Al final, me senté en la banca de Caciques analizando el problema”, sostiene. Hasta ahí, las versiones son, en gran medida, coincidentes.

Pero el relato no va en la línea de lo que pasó. Es una pelea de liga, eso es verdad, pero no es verdad que le rompiera la nariz al jugador suyo. Fue un pechazo más que un cabezazo”, insiste el líder gremial, desacreditando la principal acusación en su contra.

García asegura que tiene dos audios del coordinador del equipo rival que le eximen de responsabilidad en el enredo posterior. “Si sale mi nombre es de mala leche, porque en ningún momento estuve metido en ese lío”, enfatiza.

Y es claro en aprobar que el conflicto se judicialice. “Es mejor que tomen acciones legales, porque así queda claro quien estuvieron involucrados en cada cosa”, sostiene.

Reunión y acciones

Darío Guajardo es jugador del equipo que se considera afectado. También es abogado. De hecho, es el representante legal de Francisco Huaiquipán. En su condición profesional, es el encargado de evaluar las eventuales acciones legales que derivarán de la situación. Hoy, de hecho, habrá una reunión virtual para evaluar posibles escenarios, como la acción legal en contra de los responsables.

“Soy jugador del equipo afectado. Por instrucción unánime, atendida la conducta poco profesional de estos señores, recibí la instrucción de deducir una querella criminal, principalmente contra García, por el el cabezazo, y Burgos, por la agresión artera, a traición y sobre seguro contra nuestro capitán, que pudo haberle provocado la pérdida de la visión o la explosión del globo ocular”, establece el jurista.

En la eventual ofensiva en tribunales pesarán todos los argumentos de que disponga. “Hay testigos, registros y la versión de imparciales, de la liga”, sentencia.

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