Un investigador del Instituto de Virología de Wuhan, el laboratorio sospechoso de estar vinculado al inicio de la pandemia de coronavirus, reveló que el régimen chino creó el COVID-19 como “arma biológica” y que él y sus colegas fueron encargados de identificar la cepa que pudiera propagarse de manera más eficaz entre diversas especies, incluida la humana.

El investigador, llamado Shan Chao, habría hecho estas revelaciones a un colega, quien fue posteriormente entrevistado por la bloguera y activista de derechos humanos de origen chino Jennifer Zeng. El informante dijo que habló con Chao entre marzo y abril de 2020. La bloguera lo entrevistó en septiembre de 2021 bajo condición de anonimato y publicó las declaraciones el miércoles en Twitter y en su página web.

Durante la entrevista, el informante contó que Chao le dijo que en febrero de 2019 un superior le proporcionó cuatro cepas de coronavirus. Recibió instrucciones de probar estas cepas y determinar cuál tenía el mayor potencial para infectar a múltiples especies, con especial énfasis en la infectividad humana. El investigador habría afirmado explícitamente que estas cepas eran de ingeniería artificial e incluso utilizó el término “arma biológica” para describirlas.

El equipo de Shan Chao hizo pruebas en ratones transgénicos con receptores ACE2 humanos, monos y hurones. Las pruebas terminaron en mayo o junio de 2019, según el informante.

La ficha de Shan Chao en la página del instituto de Virología de Wuhan

Chao también habría contado que durante los Juegos Mundiales Militares de 2019 en Wuhan desaparecieron varios de sus colegas. Uno de los desaparecidos reveló que habían sido enviados a los hoteles que alojaban a atletas de diferentes países para “comprobar las condiciones de salud o higiene”. Sin embargo, Shao dudaba que estas acciones estuvieran relacionadas con la investigación virológica y sugirió a su informante que estaban potencialmente implicados en la propagación del virus.

Lo mismo habría ocurrido en Xinjiang, la región en la que el régimen chino es acusado de violaciones de derechos humanos contra la minoría uigur.

El propio Shan Chao fue enviado a esa región en abril de 2020. El motivo oficial era comprobar el estado de salud de los uigures encarcelados en los campos de reeducación del régimen. Sin embargo, dado que para realizar comprobaciones sanitarias no se necesita ser virólogo, el investigador dio a entender que lo enviaron allí para propagar el virus o para observar cómo actuaba el virus en los humanos, según contó el informante en la entrevista.

Las nuevas revelaciones llegan días después que un informe desclasificado de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI) de Estados Unidos dijo que algunos científicos del laboratorio de Wuhan habían hecho ingeniería genética de coronavirus similares al covid-19, aunque agregó que “no tenía información” que indique que hayan hecho ese trabajo sobre el virus específico de covid-19, conocido como SARS-CoV-2, o sobre cualquier “progenitor cercano, o un virus de la columna vertebral que esté lo suficientemente relacionado como para haber sido la fuente de la pandemia”.

Hace apenas un mes, además, el ex jefe del Centro para el Control de Enfermedades de China admitió que el COVID pudo fugarse de un laboratorio y que existió una pesquisa oficial, el primer experto relacionado con las autoridades de Beijing que admite esa probabilidad.

Quién es Shan Chao

Una nota de mayo de 2020 sobre Shan Chao

Según la información oficial del Instituto de Virología de Wuhan, Shan Chao obtuvo su doctorado en Bioquímica y Biología Molecular en el Instituto de Virología de Wuhan, Academia China de Ciencias, de 2010 a 2014.

De marzo de 2013 a octubre de 2015, trabajó como asistente de investigación en el Instituto Novartis de Enfermedades Tropicales en Singapur. De diciembre de 2015 a diciembre de 2019, realizó su investigación posdoctoral en la Universidad de Texas de Estados Unidos.

Desde diciembre de 2019 hasta ahora, ha sido investigador en el Instituto de Virología de Wuhan, y su perfil oficial también muestra que es supervisor de doctorado.

En un artículo publicado en la columna “Izar la bandera del partido, unidad en la lucha contra la epidemia” del sitio web del Instituto de Virología de Wuhan, se afirma que Shan Chao nació en 1985. Es el jefe de equipo en el campo de las enfermedades arbovirales y las vacunas, y en 2020 fue reconocido como el Joven del Año en el Instituto de Virología de Wuhan.

Desde abril de 2022 hasta ahora, también ha ocupado el cargo de Director Adjunto del Laboratorio Nacional de Bioseguridad de Wuhan, el infame laboratorio P4 de Wuhan en el que según algunas teorías pudo haberse originado el COVID-19.

Durante sus estudios en la Universidad de Texas, el mentor de Shan Chao fue Pei-Yong Shi, un profesor adjunto chino de la Universidad de Texas. Pei-Yong Shi es también profesor invitado en la Universidad Médica de Nanjing. También es investigador especialmente designado en el Instituto de Virología de Wuhan y colabora directamente con Qin Chengfeng, de la Academia de Ciencias Médicas Militares de la Academia de Ciencias Militares del Ejército Popular de Liberación de China. Shan Chao y Pei-Yong Shi también han publicado bastantes artículos como coautores.

Además, Shan Chao ha colaborado con Shi Zhengli, la “mujer murciélago” célebre por sus estudios de los coronavirus de estos animales, y con Yuan Zhiming, director del laboratorio P4 de Wuhan.

Junto a ellos y a otros investigadores, en julio de 2020 publicó en Cell Research una investigación en la que se utilizó el virus SARS-CoV-2 para infectar a macacos rhesus y se estudiaron los cambios dinámicos del SARS-CoV-2 en la sangre, los hisopos y los tejidos del tracto respiratorio de los monos tras la infección, así como los cambios histopatológicos en los pulmones. El objetivo de esta investigación era estudiar la patogénesis del SARS-CoV-2 y evaluar vacunas y agentes terapéuticos.

Pese a que no volvió a ponerse en contacto con el informante de Zeng, se sabe que Shan Chao asistió a una reunión en la ciudad china de Hangzhou en enero de 2022, e incluso recibió un ascenso en abril de 2022.

El origen de las revelaciones

Con respecto a los motivos que habrían llevado Shan Chao a hacer sus revelaciones sobre la responsabilidad del régimen chino en el comienzo de la pandemia, el informante dijo el investigador se sintió muy culpable al ver morir a la gente a su alrededor. Por ello, en marzo de 2020, compartió con él su participación en las pruebas sobre la transmisibilidad del virus. Según el informante, el investigador estaba muy conmocionado cuando le reveló esta información.

Llegaron al acuerdo de que si el informante perdía el contacto con Shan Chao, significaría que algo le había ocurrido. Entonces, el informante estaría autorizado para revelar la información que el investigador había compartido con él. El último contacto entre Shan Chao y el informante fue en abril de 2020, cuando Shan Chao se encontraba en un avión que volaba de Wuhan a Xinjiang. Al no recibir más noticias, el informante decidió revelar lo que sabía. Dijo que eligió a Zeng porque la considerada una persona de confianza que no lo traicionaría ante el Partido Comunista Chino debido a su activismo contra el régimen.

Zeng aseguró que fue contactada por el informante a través de un amigo y que le proporcionó múltiples pruebas para demostrar la veracidad de sus revelaciones.

“Mi decisión de realizar la entrevista se basó en mi conversación con él y con su amigo, en la que creí que era sincero y que decía la verdad, y que no tenía motivos para fabricar esta información para poner en peligro su seguridad y la de su familia. No ganaría nada materialmente con esta entrevista”, dijo. “Sin embargo, por razones que nunca podré revelar, no hago pública esta entrevista hasta ahora, después de casi 2 años. Creo que todo el mundo puede imaginarse el tipo de presión a la que nos enfrentaremos tanto el denunciante como yo después de que se publique esta entrevista”, dijo.

Por otro lado, la propia Zeng afirma que faltan pruebas más directas para confirmar las revelaciones realizadas por Shan Chao a través del informante. “Quiero subrayar que, aunque esta revelación es impactante, es, por supuesto, sólo una parte de la historia. Faltan pruebas más directas y sustanciales. Actualmente, no dispongo de medios para obtener confirmación de estas acusaciones de otras fuentes”, dijo.

“Como mencionó el denunciante durante la entrevista, esto es sólo una pequeña pieza de todo el rompecabezas”, concluyó. “Espero que los virólogos, las agencias de inteligencia de varios gobiernos, los funcionarios gubernamentales pertinentes y los legisladores se tomen en serio esta revelación y la utilicen como pista para seguir investigando hasta que se descubra la verdad sobre el origen del virus”.

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