Casi 600 metros son los que distancian a la Plaza Baquedano del Museo del Estallido Social. Este último espacio cobró especial relevancia durante el Día del Patrimonio, luego de que surgieran una serie de cuestionamientos al conocerse que en 2022 recibió recursos de un fondo del Estado. Los locatarios de la denominada “zona cero del estallido”, ubicado en el entorno de céntrica plaza, piden al Servicio Nacional del Patrimonio Cultural -dependiente del Ministerio de las Culturas- que esta situación no se vuelva a repetir, pues de hacerlo -afirman- correspondería a una forma de validación de la violencia.
El Museo del Estallido Social (MES), el cual se ubica en la Calle Dardignac en pleno barrio Bellavista de Providencia, se define como una “plataforma autogestionada que surge de la necesidad de documentar testimonios y acontecimientos derivados del Estallido Social que han tenido lugar en Chile desde el 18 de octubre del 2019″.
Pese a lo anterior, la forma de su financiamiento comenzó a ser cuestionado durante el Día del Patrimonio, luego de que formara parte de los espacios para visitar ese día promovidos por el Ministerio de Las Culturas. Si bien ha pasado tiempo desde entonces, los locatarios del entorno de Plaza Italia nuevamente han levantado críticas, solicitando que cualquier tipo de aporte estatal no se repita en el proceso de este año.
Para comunicar aquello, los comerciantes de la zona se han agrupado en más de un gremio. Uno de ellos es liderado por el empresario y dueño de la Antigua Fuente, el presidente de la Asociación Gremial Barrio Plaza Italia, Carlos Siri, quien definió al museo como un espacio “inmoral que se aprovecha de fondos públicos para su financiamiento, ocultándose bajo el manto de la cultura”.
En esa línea, el empresario gastronómico agregó que “en términos ideológicos es una manera de validar la insurrección y violencia para alcanzar el poder político en la sociedad, arrogándose la representación del pueblo a través de una historia que es mentira. Es una afrenta a todos los ciudadanos que fuimos víctimas de un grupo que se tomó sistemáticamente una zona emblemática de la ciudad, usando como herramienta fundamental el terror y la violencia social para determinar quién podía pasar, trabajar y vivir en la zona, anulando todos nuestros derechos”.
El primer cuestionamiento al espacio surgió en redes sociales por parte de personeros de la oposición. El Día del Patrimonio, a través de Twitter, el diputado Juan Antonio Coloma (UDI) sostuvo que el “gobierno financia al Museo del Estallido Social. Casi 20 millones de pesos le entregó este gobierno a un ‘museo’ que avala la violencia, el ataque contra Carabineros y la destrucción de los espacios públicos. Financiar a este falso museo es incitar al odio y la violencia”.
A lo que hizo alusión el parlamentario es a que, según lo expuesto por el Servicio Nacional del Patrimonio, el cual depende del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, el 8 de julio del año pasado se resolvió la asignación de los recursos del Fondo de Mejoramiento Integral de Museos. Dicho proceso tiene como misión, según el servicio, “promover el desarrollo armónico y sostenido de los museos de Chile”.
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