Los líderes de Washington y Pekín se esfuerzan por reconducir las relaciones entre Estados Unidos y China. El Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se reunió con el Xi Jinping en China en junio de 2023 para reabrir las líneas de comunicación entre ambos países. Y la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, está en China desde el 6 de julio para intentar estabilizar los lazos económicos entre Estados Unidos y China. Pero el trabajo para estabilizar las cuestiones de seguridad entre los dos países, un punto de discordia desde hace mucho tiempo, puede tener un horizonte más largo.

De hecho, la decisión del ejército estadounidense de derribar un presunto globo espía chino que había estado sobrevolando el país en febrero de 2023 desbarató el viaje diplomático que Blinken tenía previsto realizar a China a principios de año.

Ahora hay noticias de que China hizo tratos con Cuba para establecer una estación de escuchas electrónicas en la nación insular, a sólo 90 millas de Florida (145 km) -algo que los funcionarios del gobierno cubano han negado- y para construir allí una instalación de entrenamiento militar. Estos movimientos reflejan los esfuerzos de China por aumentar su influencia en América Latina y el Caribe.

Un funcionario de la administración Biden dijo en junio que el espionaje de China desde Cuba es un problema continuo que precede a la época del presidente en el cargo y que la inteligencia estadounidense sabía que China había mejorado las instalaciones de espionaje existentes en Cuba en 2019.

Como investigador de las relaciones entre China y América Latina y exfuncionario del gobierno estadounidense, he visto de primera mano la creciente influencia de China en América Latina y el Caribe y me preocupan sus implicaciones de largo alcance para la seguridad nacional de Estados Unidos.

/gap