El fuerte impacto que tuvo la pandemia del coronavirus en el mercado laboral sigue presente en América Latina en varias dimensiones y, en particular, el camino para volver a los niveles previos a la crisis sanitaria en materia de empleo presenta aún dificultades.

Un informe publicado este martes por la Cepal muestra que los mercados laborales de la región experimentaron en 2020 una contracción sin precedentes tanto de su actividad económica, como de la participación y la ocupación laboral, “que afectó sobre todo a los sectores económicos y a los grupos de trabajadores más vulnerables. Desde entonces, conforme la respuesta a la crisis sanitaria y la implementación de políticas económicas y sociolaborales posibilitaron la progresiva recuperación de las actividades económicas, también se observa una normalización de los principales indicadores del mercado laboral, aunque inicialmente con rezagos en los colectivos más vulnerables”.

De hecho, según los datos del organismo con sede en Santiago, “en 2022 tanto el PIB real per cápita como la tasa de ocupación alcanzaron niveles casi idénticos a los observados en 2019″ para la región en su conjunto como promedio ponderado”.

Sin embargo, a fines del año pasado siete países habían superado la tasa de ocupación que registraban en 2019, con Bolivia y Argentina entre los primeros, mientras que cinco países estaban a menos de 1,2 puntos porcentuales de recuperar el nivel prepandemia. En cambio, ocho países mostraban rezagos mayores. Entre estos, el más rezagado era Belice, seguido por Panamá y, en tercer lugar, Chile.

Los cálculos de Cepal muestran que Chile en 2022 llegó al 94,5% del nivel de la tasa de ocupación (personas trabajando en relación a las que están en edad de trabajar) de 2019, 4,1 puntos porcentuales (pp) por debajo del promedio simple de América Latina y 5,5 pp menos que el promedio ponderado (que fue de 100 puntos). Mientras, entre los países que han avanzado más en su tasa de ocupación están Colombia (103,4%), Argentina (104,7%) y Bolivia (107,5%). En Argentina, sin embargo, se evidencia el mayor aumento de ocupación informal durante el año pasado, creciendo 4,1 puntos porcentuales, mientras en Chile el alza es de 0,1 pp, de acuerdo con los datos de la entidad.

A pesar de que Chile es uno de los países más rezagados respecto de 2019, en 2022 fue el segundo que anotó la mayor alza en su tasa de participación (personas en el mercado laboral, con o sin trabajo, en relación a las en edad de trabajar), subiendo 2,6 puntos porcentuales.

Faltan 400 mil cupos

El director del Observatorio de Contexto Económico de la UDP, Juan Bravo, señala que “las cifras dan cuenta de que Chile fue uno de los países de la región en donde la pandemia afectó más negativamente la empleabilidad de la población, lo que se refleja en que fue el cuarto país de América Latina con la mayor caída de la tasa de ocupación en 2020 respecto a 2019, sólo superado por las bajas en Panamá, Belice y Perú. Así, en términos relativos, Chile fue considerablemente más afectado en términos de ocupación que la mayoría de los países de América Latina”. Según datos entregados por la Cepal, la tasa de ocupación pasó de 58,3% en 2019 a 50,1% en 2020 y en 2022 cerró en 55,1%.

Respecto de por qué aún no se logra llegar al nivel prepandemia, Juan Bravo sostiene que “la recuperación se enlenteció significativamente en 2022 debido al deterioro en los ritmos de crecimiento económico, siendo Chile uno de los países que menos creció en la región en dicho año, lo que gatilló una desaceleración considerable en los ritmos de creación de empleo. Los últimos pronósticos del FMI apuntan a que Chile será el país de la región con el peor desempeño en materia de crecimiento en 2023, por lo que es esperable que este rezago relativo en materia de recuperación de la tasa de ocupación con respecto a América Latina se profundice”.

De acuerdo con sus cálculos, las cifras al trimestre marzo-mayo 2023 revelan que aún falta crear 398 mil empleos para recuperar la tasa de ocupación prepandemia, “por lo que, considerando los bajos ritmos de creación de empleo en la actualidad y que la economía seguirá registrando tasas de crecimiento bajas en los próximos años, todo indica que lograr la meta de recuperar la tasa de ocupación prepandemia en Chile tomará varios años”.

En una línea similar, el director del Centro de Encuestas UC, David Bravo, puntualiza que “América Latina fue la región más afectada negativamente por la pandemia en su mercado laboral. En promedio en América Latina en 2020 el empleo cayó en 9% respecto de 2019, una baja tres veces mayor a la que experimentó Norteamérica (Canadá y EE.UU.) y 9 veces mayor que la sufrida por Europa”.

Sobre Chile, resalta que en el dato de Cepal “se aprecia que durante 2022, en promedio, la tasa de ocupación para Chile está aun 5,5% bajo la previa a la pandemia. En el último dato que entregó el INE hace unos días para el trimestre marzo-mayo 2023 el rezago aún persiste y es de 4,8% por debajo de la tasa prepandemia. Esto se traduce en un déficit de 400 mil empleos para volver a la situación previa”.

Por esto, el economista plantea que “estos datos, así como la posición relativa de Chile en América Latina, muestran que hemos estado y continuamos, a diferencia del promedio de América Latina, en una situación de emergencia en el mercado laboral. Esa emergencia ha quedado escondida en una tasa de desempleo que ha subestimado la emergencia. Esos 400 mil empleos deficitarios adicionales a los desocupados actuales representan el 12,1% de la fuerza laboral. Creo que a nivel de políticas públicas no se puede actuar como si esta emergencia no existiera”.

Hacia adelante, en el mercado ven que los datos laborales seguirían deteriorándose, en línea con la menor actividad. De hecho, la semana pasada se informó que el índice de Avisos Laborales en Internet que mensualmente publica el Banco Central llegó a 43,2 puntos en junio, su menor nivel desde agosto de 2020. Este indicador corresponde al promedio simple de los avisos publicados en los principales portales de empleo web en Chile, con cobertura a nivel nacional, y permite adelantar lo que mostrarían las cifras de empleo en los meses siguientes.

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