El Tribunal Supremo de Estados Unidos anunció que el próximo curso dirimirá si a los sentenciados por violencia machista se les puede prohibir la posesión de armas, un derecho consagrado en la Segunda Enmienda de la Constitución.
El caso, conocido como “Estados Unidos contra Rahimi”, forma parte de la lista de temas que los jueces de la mayor instancia judicial del país abordarán a partir de otoño tras el receso de verano.
La mayoría conservadora del alto tribunal es partidaria de ampliar el derecho a la posesión de armas en el país, como demostró el año pasado, cuando tumbó una ley de Nueva York que prohibía llevar las armas visibles en la calle.
En concreto, el Supremo estudiará el caso de Zackey Rahimi, un vendedor de drogas en Texas que fue sentenciado a seis años de prisión por violar la prohibición de posesión de armas que se le había impuesto por haber golpeado y amenazado con disparar a su novia en 2019.
El Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito de Estados Unidos confirmó en un inicio la sentencia, pero la anuló después de que el año pasado el Supremo revisara la jurisprudencia sobre posesión de armas en el caso de la ley de Nueva York.
La fiscalía ha elevado el asunto de Rahimi hasta el Supremo alegando que durante décadas se ha prohibido poseer armas a las personas que suponen una amenaza para la seguridad de los demás.
Según los registros judiciales, Rahimi abrió fuego en público hasta en cinco ocasiones, a pesar de que tenía prohibido utilizar armamento por haber maltratado y amenazado con disparar a su pareja.
Una vez disparó con un rifle de asalto contra la casa de uno de sus clientes y en otra ocasión disparó varias balas al aire cuando un restaurante rechazó la tarjeta de crédito de un amigo.
Hasta ahora, la supermayoría conservadora del Supremo, consolidada durante el mandato del expresidente Donald Trump (2017-2021), se ha mostrado partidaria de blindar el derecho constitucional a la posesión de armas a pesar de los tiroteos que han conmocionado al país en el último año.
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