Señor director
Valoro la respuesta del profesor Peña. Elimina el calificativo de tóxico para la Utopía en la que creíamos los DC. La Utopía sigue teniendo valor, ya que, “Utopía es el traje nuevo que se pone cada día la Esperanza” (Serrat)Tratar de obtener una sociedad inspirada en los derechos humanos sigue siendo una motivación para mí y otros. Nunca me enseñaron ni enseñé, que se podía caminar hacia ella sin compañía, lo que chocó con el integrismo católico y con el marxismo.
La DC era una propuesta de cambio para una sociedad chilena en crisis, y que por ello no quiso cumplir el papel del PR, muy positivo para una etapa normal. Este partido se negó a incorporar al gobierno de Eduardo Frei, a pesar de los esfuerzos que él hizo.
La existencia de nuestra propuesta de Unidad Social y Política con las fuerzas de centro e izquierda el 70, y el pacto electoral del73 con la derecha, son indesmentibles, así como la opción por la Dictadura del Proletariado de la mayoría UP.
El Mapu y la IC se fueron porque asumieron el Marxismo unos y la idea de cristianizar el proceso otros. Los confrontamos interna y externamente y fracasaron en destruir la DC. Después de esas rupturas en 1973, la DC era la primera fuerza en las organizaciones estudiantiles, sindicatos, organizaciones populares, campesinos, centros de madre, juntas de vecinos, municipios y en el Parlamento. Cuanta falta hace hoy un partido coherente con su historia e ideales.
Por supuesto, la CIA también intervino, así como otros actores de la caliente Guerra Fría de los setenta
Escuché personalmente a Fidel Castro, en una reunión en La Habana en los 90, reconocer su aporte en entrenamiento y entrega de armas a fuerzas políticas chilenas y también puedo dar fe de su disposición a colaborar con la transición dirigida por el Pdte. Aylwin. Carrizal Bajo, Max Marambio, exjefe del Gap, que custodió armas en la embajada de Cuba y las entregó al MIR. La lucha armada asumida por el Mir, parte del PS y el PC hizo daño, que aún afecta al país.
Dialogar con respeto ayuda a mitigar el clima de odio que nos azota.
Ricardo Hormazábal S