Fue, al menos, con una semana de anticipación que el denominado Team Patriota comenzó la convocatoria para una manifestación en las afueras de La Moneda y que, finalmente, se concretó el viernes 28 de julio. La protesta contó con la asistencia de cerca de mil personas -según estimaciones de Carabineros- y generó un revuelo que no sólo impactó en el tránsito y en opiniones políticas, sino que también en la interna de la policía uniformada y en el gobierno.

El procedimiento policial dejó dudas en los mandos de Carabineros, dado que los participantes llegaron hasta una zona catalogada de “sensible” por encontrarse la sede del Ejecutivo. La protesta se instaló justo por el frente de La Moneda, en la calzada que da hacia la Alameda, donde, si bien en un inicio no hubo incidentes, con el correr de las horas sí ocurrieron situaciones de gravedad y en la que no actuaron los uniformados.

La primera, y quizás la más preocupante ahora para la policía, fue la denuncia de un fotógrafo que acusó que uno de los manifestantes intentó sacar un arma para amenazarlo. Además, otra mujer también dijo ser intimidada con un cuchillo, y algunos registros de celulares dieron cuenta de la presencia de personas con “perros de razas peligrosa y sin bozal” en la protesta. Todo esto llegó a Carabineros, horas después de la marcha.

Es por esta situación que llegó hasta la Zona Metropolitana de Carabineros un documento electrónico firmado por el director nacional de Orden y Seguridad, el general Enrique Monrás. El alto oficial pidió al general Carlos González conocer qué pasó ese día y por qué los manifestantes accedieron a ese perímetro, el que también incluyó la calles Morandé y Teatinos.

Esta “revisión de cuentas” que pidió el general Monrás a González también incluye la solicitud de un informe sobre si fallaron o no los protocolos de seguridad, tomando en cuenta que la marcha estaba agendada hace casi una semana. No fue sorpresiva.

Foto: Archivo / Agenciauno

Quien también expresó su molestia fue el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, quien pidió -a través de su jefe de gabinete, Gabriel de la Fuente- que se mejorara la coordinación entre la guardia del Palacio y los mandos operativos, pues no se previó el avance de la marcha, la cual sólo estaba autorizada para el bandejón central de la Alameda.

Al interior del mando policial también ronda la duda de por qué no se actuó para desalojar la manifestación, una vez que se masificó y tomó un tenor distinto al de una protesta pacífica.

Desde la Dirección Nacional de Orden y Seguridad de Carabineros, señalaron a La Tercera PM que “como en cada actuación de control de orden público, se elaboran informes sobre el carácter de la manifestación y los protocolos de actuaciones, los que están en constante evaluación, con el fin de actuar de la manera más eficaz para el control y la seguridad, tanto de los manifestantes como de la comunidad”.

Escrito por Víctor RiveraIsabel Caro para La Tercera

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