Hace tres años, el 25 de febrero de 2019, Felipe Avello, el periodista que se ha dedicado al stand up, se presentó en el Festival de Viña del Mar y marcó un peak de sintonía, con 45 puntos. En la parte final de su rutina, invitó al escenario, al igual como lo había hecho antes en el Festival de Olmué, a un grupo de asistentes que fueron a ver su show.

El primero en subir fue el ingeniero civil de la Universidad del Bio Bio, Eduardo Soto Becerra, quien por aquellos días se desempeñaba como gerente general de la empresa AT-PAC. Con sus característicos lentes ópticos de marco blanco, su color favorito, el ejecutivo es hoy protagonista de una trama judicial que tendrá un hito relevante el próximo martes, cuando será formalización en el 4 Juzgado de Garantía de Santiago por los presuntos delitos de administración desleal, estafa y uso malicioso de instrumento privado falso.

AT-PAC Chile SpA es la filial local de la estadounidense Atlantic Pacific Equipment, Inc., el principal fabricante de estructuras modulares para grandes proyectos en Estados Unidos. “Sabemos cómo diseñar y realizar la ingeniería de Andamios Multidireccionales Certificados y de alta calidad para todos los sectores de América Latina”, presenta la empresa en sus informaciones oficiales. La compañía ingresó al mercado chileno en el año 2015, convirtiéndose rápidamente en una de las empresas líderes, alcanzando una capacidad de más de 10.000 toneladas de material en sus instalaciones de Santiago y Antofagasta, y participado en proyectos tan importantes como Bocamina II, de Enel, Planta Pirque, de Aguas Andinas, Planta Desalinizadora, de Escondida, Altonorte, de Xtrata y BHP–Full Sal, entre otros.

La gigante estadounidense, representada por los abogados Rodrigo Piergentili y Pelayo Vial, presentó una querella en contra de su ex ejecutivo, su esposa Viviana Herrera y sus colaboradores más cercanos en la compañía, acusándolos de urdir un plan para defraudar a la compañía, provocando un perjuicio avaluado en $1.800 millones.

Para AT-PAC, se trata de un caso paradigmático de “administración desleal”, pues Eduardo Soto, quien tenía la obligación de proteger la compañía, en su breve permanencia en el cargo de gerente general no solo se apropió de dinero de la empresa y desvió fondos y bienes de su empleadora en provecho propio y de terceros, sino que derechamente ideó un plan destinado a hacer fracasar la operación de AT-PAC en Chile, para apropiarse ya no de una parte menor de su patrimonio, sino que de parte de su negocio por medio de una serie de empresas formadas por el ejecutivo al alero de White Corporation, dice el texto legal. White Corporation es una firma que Soto levantó para competir en el rubro de andamios.

Según la acción penal, Soto se concertó junto a un grupo de ex trabajadores para defraudar a AT – PAC, generando anexos de contratos de trabajo falsos, destinados a aumentar injustificada e ilícitamente las indemnizaciones de estos trabajadores de su confianza. Los trabajadores mencionados, también querellados, son Oscar Burgos Ávila, Jorge Jara Pincheira, Claudio Esteban Cabezas Jara, Camila Vergara Alvarado y David Bravo Olate.

Gastos personales

En la querella, la estadounidense acusó a su ex gerente general de pagar el arriendo de su casa en Chicureo y viajes familiares con fondos de la empresa, además de realizar un curso de posgrado de la Universidad de Harvard a través de la misma vía. A ellos se suma la “distracción de dineros para otros gastos personales y excentricidades”.

“El querellado instruyó la compra de una serie de viajes al extranjero para él, su familia, y colaboradores más cercanos. Se trató de viajes de recreación a destinos tales como Punta Cana, Miami y un Crucero Disney en Estados Unidos, Australia, Costa Rica, e Islandia, entre otros, todo en línea con la vida de excentricidades y lujos, ha vivido hasta ahora, a costa de la compañía”, acotó la acción penal.

/