Si al país le está lloviendo sobre mojado, al gobierno, le está llegando el agua al cuello. Los temporales políticos y climáticos tienen al oficialismo al borde de la zozobra; cada vez son más los que abandonan un buque que carece de capitán, que marcha sin rumbo fijo, y que hace agua por todos lados.

La combinación de estos factores es preocupante porque, cuando se tiene una emergencia de dimensiones catastróficas -como la que se está viviendo-, lo que se necesita es una autoridad capaz y no un gobierno de ineptos. Si de algo podemos jactarnos es que nuestro país siempre ha contado con recursos humanos, anímicos y materiales, suficientes para hacer frente a la adversidad.

Algún contertulio se preguntará… ¿porque ahora no se está dando esa máxima? La respuesta es simple: tenemos un gobierno cuyo principal objetivo no es la emergencia sino instalar un régimen institucional, político y económico corporativista, contrario a los principios de la Sociedad Libre, y donde el Estado sea el Hermano Mayor del cual todos dependamos.

Para el gobierno es más importante y prioritario “instalar” su interpretación de lo ocurrido hace 50 años, que destinar recursos y medios a las zonas afectadas no sólo por la catástrofe, sino también por el terrorismo y la inmigración descontrolada. Es el ideologismo y el rencor lo que los mueve, en ningún caso el bienestar de los sectores más vulnerables.

Para la izquierda, en su distorsión ideológica, las cosas “o son blancas o son negras”, “o estás conmigo o estás en contra”, pensamiento tan rencoroso como rígido, que los lleva siempre a los extremos y a situarse en posiciones polarizadas, donde lo único que consiguen es distanciarse de las mayorías que quieren vivir en una sociedad libre, en orden, paz y bienestar.

Precisamente esa es la razón por la cual la gran mayoría siente un profundo hastío con un gobierno que todo lo lleva al verbo y no a la acción, a la corrupción y no a la gestión, a la división y no a la unidad, a la verdad oficial y no a la verdad de la historia.

El 1% de los ciudadanos comparte la millonaria campaña por los 50 años del 73; el resto se muestra tan hastiado con el tema, que al gobierno le está saliendo “el tiro por la culata”: moros y cristianos, han reaccionado en contra. Esta semana fueron los Diputados quienes dijeron: _“¿Quieren rememorar?… ¡Rememoremos!… Leamos la declaración de nuestros colegas del 73 quienes, en voto de mayoría, declararon inconstitucional al Gobierno de Allende” … _¡Plop!

Así las cosas, esta vidente pluma se atreve a aventurar que el gobierno enfrentará septiembre con un hastío popular, que se moverá desde la apatía hasta la aversión, y lo peor para sus aviesos propósitos será que las Fuerzas Armadas se verán desplegadas en todo el territorio, ayudando a sus compatriotas, recibiendo el cariño y reconocimiento ciudadano, como ha sido siempre… Se les habrá “aguado” el escenario de los 50 años.

Por Cristián Labbé Galilea

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