La Reserva Federal estadounidense (Fed) está lista para “aumentar aún más sus tasas de interés si es necesario” y “mantendrá una política restrictiva” hasta que la inflación se oriente de forma duradera hacia el objetivo de 2%, afirmó este viernes su presidente, Jerome Powell.
En su discurso de apertura de la cita anual de banqueros centrales en Jackson Hole (Wyoming), Powell también señaló que “para llevar la inflación de forma duradera a 2%, será necesario un período de crecimiento económico inferior a la tendencia (actual), así como una moderación de las condiciones del mercado laboral”, que sigue con tasas de desempleo muy bajas de alrededor de 3,6%.
Powell sostuvo que la Reserva Federal cree que su tasa clave es lo suficientemente alta como para frenar la economía y enfriar el crecimiento, la contratación y la inflación. Pero dijo que es difícil saber cuán altos deben ser los costos de endeudamiento para frenar la economía, “y por lo tanto siempre hay incertidumbre” sobre cuán efectivas son las políticas de la Fed para reducir la inflación.
Como resultado, la Reserva Federal “procederá con cuidado mientras decidimos si ajustamos aún más la política monetaria o, en cambio, mantenemos la tasa de política constante y aguardamos más datos”, aclaró.
Desde que Powell habló en la conferencia de Jackson Hole el verano pasado, la Reserva Federal ha elevado su tasa de referencia a un máximo de 22 años del 5,4%. Desde un máximo del 9,1% en junio de 2022, la inflación se ha desacelerado al 3,2%, aunque todavía por encima del objetivo del 2%.
Sin embargo, las tasas de préstamos sustancialmente más altas han dificultado que los estadounidenses puedan permitirse una vivienda o un automóvil, o que las empresas financien expansiones. Y elementos como el alquiler, las comidas en restaurantes y otros servicios siguen encareciéndose. La inflación “base”, que excluye los volátiles precios de los alimentos y la energía, ha permanecido elevada a pesar de la racha de 11 aumentos de tasas de la Fed que comenzaron en marzo de 2022.
No obstante, la economía en general ha seguido avanzando. La contratación ha permanecido saludable, desconcertando a los economistas que habían pronosticado que el aumento en las tasas provocaría despidos generalizados y una recesión.
Además, el gasto de los consumidores sigue creciendo a un ritmo saludable. Y la tasa de desempleo de Estados Unidos se encuentra exactamente en el mismo lugar donde estaba cuando Powell habló el año pasado: 3,5%, apenas por encima de un mínimo en medio siglo.
(Con información de AFP y AP)
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