Desde el 2000 al 2023 la cantidad de niños menores de cinco años con sobrepeso en América Latina aumentó desde 3,9 millones a 4,2 millones, una cifra que lo convierten en un “problema grave de salud pública”, según Unicef. En los niños y adolescentes de entre cinco y 19 años, en tanto, la cantidad alcanza casi las 50 millones de personas afectadas. Los datos de sobrepeso en esta población en el continente están por encima de los valores mundiales.
Esta organización encuentra una explicación contundente para el aumento de estos niveles: los “entornos alimentarios obesogénicos”, que está caracterizado por el alto costo y la falta de acceso de alimentos saludables; el mayor acceso y disponibilidad y la excesiva publicidad de los productos “no saludables”; y las “limitadas opciones para la actividad física”. A esas conclusiones llega Unicef en un reciente informe denominado Crece la ola de sobrepeso en la niñez. ¿Demasiado tarde para revertir la marea en América Latina y el Caribe?
El promedio regional de sobrepeso es de 8,6%, una cifra superior al promedio mundial (5,6). De acuerdo al informe de Unicef, Paraguay es el país con peores resultados (14,6% de sobrepeso), seguido de Argentina (12,6%) y Uruguay (11,5%). Si se mira toda la región, estos porcentajes son solo superados en la Islas Turcas y Caicos, en el Caribe, donde el sobrepeso alcanza el 17,6%.
El resultado del informe de Unicef “no sorprende” porque no se están “teniendo hábitos saludables”, opinó en el diario uruguayo El País la pediatra Alicia Fernández, integrante de la directiva de la Sociedad Uruguaya de Pediatría.
La especialista señaló que los niños comen “muchos alimentos que no deben”, principalmente ultraprocesados. Y agregó otro elemento que cree que influye en los resultados: el uso de las pantallas, que provoca que hagan poca actividad física. Estos factores facilitan el sobrepeso, consideró.
“La obesidad en niños y adolescentes incrementa de 1,3 a 5,3 veces el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y metabólicas durante la edad adulta, pero que pueden aparecer en la infancia o en la adolescencia”, dijo la pediatra. Los hábitos alimenticios de la niñez son los que “marcan la vida a futuro”, dada la vinculación del sobrepeso en las enfermedades crónicas. “Los factores de riesgo comienzan en la infancia”, insistió.
Fernández dijo que los pediatras deben “apoyar y motivar” a las familias para promover patrones de alimentación y actividad física y consideró que es necesario “derribar el mito de que un ‘niño gordito’ es un niño sano”, sostuvo.
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