La huelga de Hollywood es la cara más evidente (y glamurosa) de un movimiento sindical que viene ganando fuerza en EE.UU., y que este verano boreal ha producido el mayor número de trabajadores dispuestos a cruzarse de brazos en el país en los últimos 50 años.
Entre guionistas, actores y los trabajadores sindicalizados de Hollywood, cerca de 175.000 personas se han unido a la huelga desde mediados de julio, incluso se abstuvieron de promover las dos películas más grandes del momento, «Barbie» y «Oppenheimer».
Por otro lado, los 340.000 empleados de la compañía postal estadounidense UPS estuvieron cerca de declarar un paro total el primero de agosto, el cual se pudo evitar gracias a un acuerdo laboral preliminar.
Estimaciones previas al acuerdo habían establecido que apenas díez días de interrupción en los servicios, le hubieran costado cerca de US$7.000 millones a UPS.
En julio, el sindicato metalúrgico United Auto Workers anunció que sus 150.000 miembros se preparan para empezar una huelga en caso de que las llamadas Tres Grandes de Detroit (las automotrices Ford, Stellantis y General Motors) no cumplan con los términos acordados para las renovaciones de los contratos en septiembre. Las negociaciones siguen en curso.
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