A las 3:45 de la mañana, el 20 de agosto de este año, un meteoro pasó sobre Punta Arenas. El fenómeno quedó solamente en evidencia gracias a la cámara de seguridad de un usuario de redes sociales, y su trayecto fue tan cerca de la ciudad que “estuvimos a una pequeña fracción de tener un impacto directo tipo Chelyabinsk en la zona”.
Casi tres semanas después, el 9 de septiembre a las 00:36 horas, otro meteoro iluminó de verde los cielos de Puerto Montt y Puerto Varas. En esa ocasión, los locatarios incluso aseguraron que la tierra “tembló”.
Pero la historia chilena data que no se tratan de eventos aislados: desde los mitos y leyendas de los pueblos indígenas, hasta desastres de hace miles de años que no tienen explicación, sale a relucir el riesgo latente del país ante la exposición de estos meteoroides volando muy cerca de la superficie y, en algunos casos, impactando.
¿Está Chile preparado para la caída de un meteorito? Esta es la reflexión de Luis Donoso, sismólogo y académico de Geofísica Aplicada de la Universidad del Desarrollo.
Ver esta publicación en Instagram
🇦🇷 | Enorme Bólido iluminó los cielos nocturnos de Bariloche, #Argentina. (Septiembre 09, 2023). #Meteor #Meteorito #Estruendo
🇨🇱 | Reportan avistamiento de Meteoro desde Puerto Montt y Puerto Varas, #Chile. pic.twitter.com/FRe2sRgXaK
— ⚠️Alerta Climagram🌎 (@deZabedrosky) September 9, 2023
La nula sensación de riesgo en Chile por los meteoros y meteoritos
En Chile existen protocolos de riesgo para sismos y tsunamis, entre otros desastres naturales, pero ninguno para la caída de un meteorito (en realidad, en ningún país de Latinoamérica). Además, la información sobre los meteoros que sobrevuelan los cielos del país no llegan en tiempo real, en comparación a los desarrollados sistemas que registran cada sismo que sucede.
“No somos parte de un sistema de reporte. Lo único que tenemos son observaciones que logran llegar a las redes sociales, de personas que dicen ‘yo vi algo extraño’ o ‘vi una cosa caer’ y ahí queda. No pasa más allá de eso”, explica Donoso a La Tercera.
La consecuencia es que, sin datos, no se puede visualizar cómo evoluciona el paso de los meteoros sobre los cielos chilenos a lo largo del tiempo.
“¿Dónde se pone interesante esto? Cuando retrocedemos en el tiempo y vemos impactos de meteoritos que alteran civilizaciones o dejan una profunda huella en los pueblos originarios”, asegura el experto, ejemplificando con una leyenda del pueblo chileno más austral del mundo: los Yámanas.
“Vino un nuevo sol que apareció súbitamente por el este, incendió a la región entera e hizo que el agua de los océanos hirviera. Se escapó por el cielo y se convirtió en una estrella brillosa que ya no es visible”.
Para Donoso, el relato apunta a que “algo muy grande impactó la zona” y, por las evidentes características, podría haberse tratado de un meteorito.
De hecho, hace cerca de 2 millones de años, se vivió el tsunami Eltanin después de un impacto de un meteorito de 1 kilómetro en el Océano Pacífico Sur. Aquello, en Chile continental, generó oleajes desde los 50 o 60 metros hacia la zona austral de Chile y, en el resto del país, alcanzaron los 35 y 40 metros.
Es aquí cuando el experto se pregunta: si un meteorito cayera hoy, ¿tenemos la capacidad para resolver algún esquema de alerta? O, ¿cuántos de los grandes tsunamis del pasado podrían haberse provocado por un meteorito y no por un terremoto?
“Si vamos combinando la evidencia de las culturas mesoamericanas con Eltanin, uno ya tiene razones suficientes para preguntarse qué política existe, no para mitigar este tipo de fenómenos, pero por lo menos para saber qué es lo que está ocurriendo y diseñar algo”, dice el académico a LT.
Es poco probable que caiga un cuerpo de un kilómetro —que equivaldría a una catástrofe planetaria— pero, ¿qué pasaría si cae algo de diez metros? ¿Qué hacer? ¿Cómo afectaría a las comunidades? “Esto sí puede suceder en cualquier lado, con una probabilidad de una vez cada diez generaciones. Pero va a caer”, asegura Donoso.
Por mientras, son las mismas personas las que, gracias a la tecnología que tienen los celulares actuales, están reportando más fenómenos de los que, institucionalmente, se tiene poco o nulo registro.
La NASA y su sistema de registro de meteoros
Estados Unidos es el país que tiene un protocolo de caídas de meteoros en su planificación de seguridad nacional. De hecho, su herramienta, llamada Bolas de fuego reportadas por los sensores del gobierno de Estados Unidos reúne también información de los fenómenos que suceden en todo el planeta.
“Si el día de mañana, descubrieran que hay un cuerpo en camino a colisionar con la Tierra, lo más probable es que no lo anuncien, porque van a generar caos y pánico en la zona donde debería caer. Si esa zona está habitada, entonces se mitiga, pero no hay nada que hacer. Lo importante es que al menos podrán decir esto ocurrió y tener datos sobre ello”, declara el sismólogo.
Pero también es un tema de recursos: mientras el gobierno americano tiene mayor posibilidad que los de nuestro continente para implementar este tipo de herramientas, en Chile al menos se está documentando en “partecitas” y leyendo el registro de las historias de culturas en Latinoamérica.
Pero, sin duda, la falta de información deja “preguntas que quedan extrañamente abiertas”.
/psg