No hay una fecha, un hito ni documento que dé cuenta de la decisión, pero ya es algo expandido al interior de sus colectividades: Apruebo Dignidad ya no existe. El conglomerado que llevó a La Moneda al Presidente Gabriel Boric -y que anteriormente agrupó a los tres partidos del Frente Amplio, al Partido Comunista, Acción Humanista y la Federación Regionalista Verde Social (FRVS)- en la práctica dejó de funcionar. De hecho, algunos timoneles ni siquiera recuerdan la última vez que se reunieron o que hablaron por el grupo de WhatsApp que se creó.
El secretario general del Partido Comunista, Lautaro Carmona, confirmó que la coordinación de la coalición no sigue en pie. Consultado sobre los motivos, el dirigente manifestó que “hay distintas razones. Una de ellas es que el Frente Amplio tiene una dinámica natural de encuentro entre ellos, porque están trabajando en la posibilidad de constituirse en un solo partido”.
En efecto, actualmente el Frente Amplio concentra buena parte de sus esfuerzos en la construcción de un partido único que agrupe a Convergencia Social, Revolución Democrática y Comunes. De hecho, dentro de la coalición se planea efectuar un plebiscito a inicios de 2024 para tomar formalmente la decisión.
El presidente de Comunes, Marco Velarde, confirmó que “los partidos del Frente Amplio sin duda hemos estado profundizando en la decisión del partido único. Hemos estado trabajando intensamente para poder, en lo pronto, conformar una sola orgánica, de un partido de izquierda grande, que apoye al Presidente”.
Pese a que la coalición -nacida en enero de 2021- ya no funciona formalmente, Carmona aseguró que “entre la FRVS, Acción Humanista y nosotros (el PC) tenemos algunos puntos de encuentro todavía, aunque no bien sistematizados. La ausencia de esta coordinación tiende a no notarse porque, por otro lado, tenemos una relación regular y buena con Convergencia Social y también con el PS. O sea, opera una movilidad como articulación de los diez partidos (de la alianza de gobierno)”.
En esa línea, el diputado Tomás Hirsch, quien además es presidente de Acción Humanista, dijo que entre los partidos que se agrupaban en Apruebo Dignidad “hay poca coordinación y acción conjunta”, aunque advirtió que “nos seguimos reuniendo todas las semanas como alianza. Yo creo que lo importante es eso: hemos avanzado más hacia ser alianza (…). Pero efectivamente como Apruebo Dignidad, como tal, no tenemos un espacio activo común ni una coordinación activa actual. Eso es así (…). En algún momento eran más evidentes las dos coaliciones y eso ha ido cambiando. Hoy día hay una relación más fluida entre los distintos partidos”.
Con respecto a este debate, el senador Juan Ignacio Latorre, quien es presidente de Revolución Democrática, dijo que “Apruebo Dignidad fue un pacto electoral que llevó adelante la candidatura de Boric en primera vuelta y un pacto parlamentario. Tenemos coincidencias políticas y programáticas. Nuestra postura crítica al neoliberalismo en Chile, nuestra apuesta por cambios estructurales reflejados en el programa de gobierno, etcétera. Sin embargo, el desafío hoy sigue siendo la unidad de toda la alianza de gobierno, del oficialismo. Avanzar hacia una coalición de gobierno que le dé proyección política y electoral”.
Sobre este punto, Velarde complementó que “hoy día Apruebo Dignidad no funciona en la cotidianidad, porque hemos estado concentrando nuestros esfuerzos en afirmar la coalición de gobierno y que esta sea una sola, como nos pidió el Presidente. Él nos ha pedido que trabajemos en una sola alianza con los partidos del Socialismo Democrático y eso hemos estado haciendo en los últimos meses. Hemos privilegiado esa coordinación”.
“Dentro del oficialismo, por cierto que nuestros esfuerzos inmediatos están puestos también en la unificación del Frente Amplio en términos políticos y orgánicos. Pero eso no es en desmedro de la unidad de la alianza de gobierno, todo lo contrario. Creo que la fragmentación de fuerzas que tienen planteamientos de fondo coincidentes no ayuda a la construcción de plataformas políticas con mayor peso”, agregó Latorre.
El dilema por la marca
Tema aparte es el nombre de Apruebo Dignidad. Dentro de la excoalición comentan que el resultado del plebiscito de septiembre del año pasado, en que el Rechazo se impuso con casi el 62% de las preferencias, provocó que entre sus filas se comenzara a hablar de una renovación de la marca. Esto se intensificó luego de las elecciones de mayo de este año, en que la derecha tiene 33 de los 50 escaños del Consejo Constitucional, lo que ha hecho que actualmente el oficialismo tenga dudas sobre si respaldarán el proyecto de nueva Constitución que emane de ese órgano.
En ese entendido, para algunos se ha hecho complejo cargar con la palabra “Apruebo” en el nombre. Carmona admitió que “en un momento estuvo el tema de que era necesario adecuarle el nombre, que estaba vinculado al proceso del 4 de septiembre, al proyecto más estratégico de gobierno”. Sin embargo, ese ajuste no prosperó.
Hirsch, por su parte, afirmó que el debate en torno al nombre se limitó a “bromas y tallas”. “No es que por el nombre no nos reunamos o porque el Apruebo ya fracasó, o porque ahora no está claro que venga un Apruebo sino más bien un Rechazo. No. Ese no ha sido para nada el factor”, agregó.
Pese a que son varios los que admiten que la coalición ya llegó a su fin, hay otros que se mantienen optimistas. En Revolución Democrática, por ejemplo, hay voces que aseguran que no es que Apruebo Dignidad haya dejado de existir, sino que “estamos con varios procesos en paralelo y eso a veces hace que se pierda la regularidad de las reuniones”.
En el Congreso, por otra parte, hay mayor coordinación entre los partidos. El diputado Jaime Sáez (Revolución Democrática) sostuvo que “dentro de la bancada hemos sostenido reuniones, aunque no con la regularidad deseada”. En todo caso, desde el Frente Amplio complementan que esos encuentros son, por sobre todo, con el Partido Comunista. En esa línea, Sáez afirmó que “particularmente desde Revolución Democrática hay una postura proactiva de buscar coordinación con el Partido Comunista, lo que se ha visto refrendado en algunas votaciones, como Estado de excepción”.
En todo caso, Hirsch enfatizó que Apruebo Dignidad “nunca fue una instancia tan activa de coordinación, la verdad”.
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