Más de 900 nuevos funcionarios municipales ha contratado la administración de Irací Hassler (PC) desde su llegada a la Municipalidad de Santiago en junio de 2021, hasta julio de este año, según informa el propio organismo a Transparencia. Como los trabajadores han debido regresar a la presencialidad, este aumento se ha hecho más evidente y plantean que se instaló un “municipio paralelo”.

Esta preocupación y algunas denuncias hechas por las asociaciones de funcionarios, generaron que el concejal Juan Mena (RN) solicitara a la secretaría municipal un documento con las nuevas contrataciones. Este arrojó que hasta abril de 2023, 754 personas ingresaron a trabajar a la municipalidad, lo que representa un desembolso de más de $930 millones al mes en sueldos, que antes no existía.

En paralelo, y para considerar posibles reemplazos de puestos vacantes, El Líbero revisó el último mes de mandato del alcalde anterior, Felipe Alessandri (RN), con julio pasado, porque era el mes más reciente con la información completa. Esa revisión arrojó que esta administración creó 185 nuevos puestos de planta, 379 a contrata, 33 a honorarios y 325 por Código del Trabajo: 922 nuevos puestos de trabajo en total. De esta manera, la administración anterior entregó la municipalidad con 7.019 funcionarios y hoy ya tiene 7.941, un aumento de 13%.

Según Transparencia, Carolina Tohá (PPD) entregó la municipalidad a Alessandri con 7.958 funcionarios (a noviembre de 2016), es decir, el ex edil redujo el personal que hoy Hassler está reponiendo.

El Líbero consultó a la Municipalidad de Santiago a qué se debía el incremento, sin obtener respuesta hasta el cierre de esta edición.

Problemas de hacinamiento obligaron a cerrar el casino del edificio Santiago Social

¿Se justifica el aumento de personal?, ¿faltaban personas para abordar el trabajo del municipio? Una integrante de las asociaciones de funcionarios dice tajante a El Líbero que “no, para nada”, pues Santiago es un municipio con un funcionamiento consolidado y que la razón de este aumento explosivo de trabajadores sería la excesiva desconfianza de la alcaldesa y su equipo hacia los trabajadores de carrera o que venían de la administración anterior: “El equipo municipal está perfectamente bien dotado de experiencia y de capacidad y por eso nosotros siempre defendemos de que no traigan un exceso de gente. Y esta vez ya sobrepasó todos los límites”. Al notar un exceso de caras nuevas, los trabajadores solicitaron información a la administración, sin éxito.

Las dificultades que genera esta situación de crecimiento acelerado la vienen haciendo notar los funcionarios por diferentes vías desde 2021, incluso a la actual ministra del Trabajo, Jeannette Jara (PC), cuando se desempeñaba como administradora municipal de Santiago.

La situación más patente ocurrió en el edificio Santiago Social (en calle Santo Domingo), donde el 8 de septiembre la Seremi de Salud clausuró el casino por las malas condiciones del lugar. La Asociación de Funcionarios Municipales denunció la situación porque el edificio tiene capacidad para 400 funcionarios y desde noviembre de 2021 laborarían ahí 450. El hacinamiento provocó el colapso de los alcantarillados, problemas con la ventilación y que las salas de reuniones se convirtieran en improvisadas oficinas, entre otros.

Mena: «Santiago se ha convertido en una oficina de empleo del Partido Comunista»

Como el municipio es grande, el hacinamiento de los casi mil trabajadores extras no es evidente en todas las reparticiones, sin embargo donde más se estaría notando es en la Dirección de Desarrollo Comunitario, “que es como el brazo armado político de cada administración”, debido a su trabajo en terreno y con las organizaciones vecinales, advierte la funcionaria. En efecto, sólo en el listado que le entregó el municipio al concejal Mena, por lo menos 228 de los nuevos ingresos corresponden a esa oficina.

De ellos, 76 son de la Subdirección de Desarrollo Social, 43 de Deportes y Recreación y 32 de Subdirección de Igualdad de Género, Diversidad Sexual e Inclusión. El resto se reparte entre Participación Ciudadana, Desarrollo Económico Local y Servicios Sociales, entre otros.

Las contrataciones comenzaron el mismo mes en que asumió la alcaldesa Hassler en Santiago “y hoy día, en dos años y medio de esta alcaldía, tenemos contratadas más de mil personas -calcula a la actualidad- aquí se ve que lo que se está haciendo es usar la Municipalidad de Santiago como una oficina de empleo del Partido Comunista”, afirma Mena, agregando que “llegaron a meter gente lamentablemente política, sin conocimiento (…) a crear puestos, dándole trabajo a la gente de un color político metida para lograr sueldos, o sea, sin ninguna capacidad”. Según su relato, en ocasiones se han duplicado ocupaciones, se han puesto cargos sobre funcionarios con más de 20 años de experiencia y habría personas haciendo evaluaciones periódicas a los trabajadores, sin ser sus jefes directos.

Dentro de los funcionarios, incluso entre los dirigentes de las asociaciones, existe desazón porque desde que asumió, la alcaldesa Hassler no los habría recibido para escuchar sus preocupaciones, “y eso fue como una estocada para ellos porque muchos de ellos le hicieron campaña”, dice la trabajadora.

Preocupación por el presupuesto

Cómo se van a dejar configuradas las arcas municipales a futuro es algo de preocupación dentro del municipio. “¿Qué va a significar esto para cuando se acabe la administración y para las inversiones que se pueden hacer en la comuna y que tanto se requieren en seguridad y salud? ¿van a tener que seguir esperando?”, se pregunta una de las participantes de las asociaciones de funcionarios, a quienes les dicen “constantemente que no hay presupuesto para aumentos a funcionarios que llevan mucho tiempo, para hacer estudios, contratar distintas cosas, pero sí hay presupuesto para seguir trayendo a gente. Eso llama mucho la atención y nos afecta. Hay un miedo sobre cómo se hace carrera acá”.

Este aumento de dotación, calcula Mena que a estas alturas ya superó las mil personas y, probablemente, los mil millones de pesos mensuales destinados a sueldos, lo que “lamentablemente a una próxima administración le va a repercutir en una falencia importante en lo que es la caja, en lo que es el presupuesto público, en lo que son los números y lo que finalmente esta alcaldesa va a entregar”.

Mena proyecta que tres cuartos de los recursos de la Municipalidad de Santiago se están yendo a salarios, mientras que apenas un cuarto se destina “a las necesidades de la ciudad como el aseo, mejorar la educación, la salud. Esto lo vimos bajo la administración de Carolina Tohá pero de una manera más visible, porque ingresó una gran cantidad de personas a la Dirección de Educación, y ahí es donde se produjo este desfalco de $30 mil millones que fue la deuda que heredó Alessandri (…) se contrataron como funcionarios de esta planta, siendo que los alumnos de Santiago iban a la baja”.

Original de El Líbero

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