Astrónomos australianos y estadounidenses examinaron la distribución de la edad y la metalicidad de cúmulos estelares globulares, que rodean a la antigua galaxia apodada ‘Sparkler’, para determinar a cuál de sus jóvenes versiones se parece más. Encontraron que los antiguos sistemas de cúmulos y galaxias satélites que permiten el crecimiento de ‘Sparkler’ son muy similares a los que se ven en la Vía Láctea, y concluyeron que se trata de la versión que presentaba nuestra galaxia en sus inicios.
La galaxia de los destellos
El descubrimiento de Sparkler se realizó utilizando algunos de los primeros datos del telescopio espacial James Webb (JWST) y al efecto de brillo de una lente gravitacional, que se alineó fortuitamente frente a la galaxia. El peculiar nombre proviene de los pequeños puntos amarillos y rojos que la rodean y que los científicos apodaron ‘chispas’ (‘sparkles’ en inglés). Estos resplandores podrían ser cúmulos globulares jóvenes, aglomeraciones que albergaban las estrellas nacidas poco tiempo después del Big Bang.
De las más antiguas
Sparkler se puede encontrar en la constelación de Volans, en el cielo del sur, y tiene a su alrededor dos docenas de cúmulos globulares (colecciones densas de alrededor de un millón de estrellas). La galaxia y su sistema de cúmulos globulares se han detectado con un desplazamiento al rojo de 1,378. Este dato indica que estamos viendo una imagen de la galaxia tal como era hace unos 9.100 millones de años, unos 4.000 millones de años después del Big Bang.
Comparación
Los científicos examinaron la relación edad-metalicidad (AMR) para los cúmulos globulares y otras fuentes compactas. Al compararla con la Gran Nube de Magallanes, la galaxia enana interrumpida Gaia-Enceladus y la Vía Láctea, encontraron que la galaxia Sparkler puede representar un progenitor de una galaxia similar a la Vía Láctea.
Aunque actualmente Sparkler tiene una masa estelar estimada de 109 millones de masas solares, el 3% de la masa de nuestra galaxia, se espera que crezca con el tiempo cósmico. Esto sería posible por la absorción de una galaxia satélite y sus cúmulos globulares. De esta forma igualaría, finalmente, la masa de la Vía Láctea en el universo actual. La Vía Láctea alberga actualmente alrededor de 200 de estos cúmulos.
Mirar a nuestro pasado
«Parece que estamos siendo testigos, de primera mano, del ensamblaje de esta galaxia a medida que acumula su masa, en forma de una galaxia enana y varios cúmulos globulares», comentó el profesor Duncan Forbes, de la Universidad de Swinburne (Australia). «Estamos entusiasmados con esta oportunidad única de estudiar tanto la formación de cúmulos globulares como una Vía Láctea infantil, en un momento en que el universo tenía solo la tercera parte de su edad actual», agregó.
«El origen de los cúmulos globulares es un misterio de larga data, y estamos encantados de que el JWST pueda mirar hacia atrás en el tiempo para verlos en su juventud», comenta el profesor Aaron Romanowsky de la Universidad Estatal de San José (EE.UU.), coautor del estudio. La investigación fue publicada en la importante revista científica Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
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