Un estudio reciente plantea la posibilidad intrigante de que la vida extraterrestre podría existir en formas radicalmente diferentes a las que conocemos en la Tierra, y no estar necesariamente basada en el carbono, como es el caso en nuestro planeta.
Como explica Space, en la Tierra, la vida se sustenta en compuestos orgánicos, moléculas que contienen carbono y otros elementos como hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, fósforo y azufre. Sin embargo, los científicos han especulado durante mucho tiempo sobre la posibilidad de que otros elementos, como el silicio, pudieran servir como base para la vida.
El estudio, publicado en Journal of the American Chemical Society, se centró en la autocatálisis, un tipo de interacción química crucial para la vida tal como la conocemos. Las reacciones autocatalíticas son autosostenibles, lo que significa que pueden generar moléculas que estimulan la repetición de la misma reacción. Esta propiedad es fundamental para la reproducción, una característica clave de la vida.
Los científicos exploraron ciclos de comproporción, reacciones químicas que pueden generar múltiples copias de una molécula, y que pueden actuar como un mecanismo de autocatálisis. Sorprendentemente, descubrieron que estas reacciones podían ocurrir más allá de los compuestos orgánicos.
Más de 200 ciclos
El análisis de más de dos siglos de documentos científicos digitalizados reveló 270 ciclos diferentes de reacciones autocatalíticas. Lo notable es que la mayoría de estos ciclos no empleaban compuestos orgánicos y se basaban en elementos que son raros o inexistentes en la vida terrestre, como el mercurio o el torio radiactivo.
Incluso se identificaron ciclos autocatalíticos que involucraban gases nobles, que raramente interactúan químicamente con otros elementos. Esta diversidad de ciclos autocatalíticos sugiere que la vida podría potencialmente desarrollarse en ambientes muy diferentes a la Tierra.
Los científicos subrayan que estos hallazgos abren nuevas posibilidades para la búsqueda de vida en otros planetas y para comprender los orígenes de la vida en el universo. Además, podrían tener aplicaciones prácticas, como optimizar la síntesis química y utilizar compuestos químicos en cálculos químicos u otras tareas interesantes.
Si bien estos ciclos representan un fascinante campo de estudio, los investigadores enfatizan que aún se necesita más investigación para determinar cuán viables son estas reacciones en la práctica. Aun así, este estudio amplía nuestra comprensión de las posibilidades de la vida más allá de la Tierra y nos invita a explorar nuevos horizontes en la búsqueda de vida en el cosmos.
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