El Banco Central publicó esta mañana su Informe de Estabilidad Financiera (IEF) correspondiente al segundo semestre de 2023, en el cual alertó que «los riesgos del escenario macrofinanciero externo han aumentado respecto del mismo análisis anterior» e incluso ubicó aquello como la principal amenaza que enfrenta la economía chilena.
Es que, según el documento, el deterioro de las condiciones financieras globales podría «afectar la actividad económica local, con impactos significativos en el mercado laboral». De todas formas, la entidad presidida por Rosanna Costa destacó que la economía chilena «está en mejor pie» para hacer frente a esta coyuntura.
De acuerdo con el IEF, hay un «estrechamiento de las condiciones financieras a nivel global», agregando que «esto se da en un escenario de mayor aversión al riesgo y volatilidad de los mercados financieros, dada la mayor restrictividad esperada de la política monetaria en EE.UU., dudas sobre su situación fiscal y un reacomodo del balance de ahorro e inversión de más largo plazo a nivel global».
En ese sentido, advirtió que a esto último «se ha sumado la incertidumbre vinculada a las condiciones geopolíticas».
Asimismo, alertó que en China, los riesgos financieros «siguen cobrando relevancia debido a los desequilibrios estructurales del sector inmobiliario, lo que podría afectar los mercados financieros locales y repercutir de manera importante en las economías emergentes».
Con todo, subrayó que debido a todo este contexto «han aumentado las tasas de interés de corto y largo plazo, el dólar se ha apreciado y las bolsas han registrado pérdidas».
También destacó que respecto a los riesgos que se destacaron en el informe de mayo, «no se han registrado nuevas tensiones en los sistemas financieros de las economías desarrolladas».
Sin embargo, advirtió que «se mantienen importantes vulnerabilidades en algunos segmentos de la banca regional en EE.UU. y ciertos intermediarios no bancarios».
Ámbito local
En cuanto al escenario local, el instituto emisor sostuvo que la acción de la política monetaria y fiscal «ha permitido avanzar en resolver los desequilibrios macro de los años previos. Por lo que la economía chilena está en mejor pie para hacer frente a un deterioro del escenario global».
El Banco Central atribuyó esto último a la política monetaria, que ha logrado «ir reduciendo la inflación y las tasas de interés de corto plazo».
«Se suma una caída en el endeudamiento de las empresas y una normalización de los indicadores financieros de los usuarios de crédito. Sin embargo, se observa heterogeneidad entre los distintos actores de la economía», añadió.
En tanto, la actividad crediticia se continúa percibiendo débil. Esto, según explicó el instituto emisor, «con una demanda por crédito que se percibe contenida».
En cuanto al costo del crédito, el Central subrayó que «comenzó a caer en todos los segmentos de riesgo y de consumo de clientes con historia crediticia conocida». Y agregó que, «en todos estos casos se registra mayor incidencia de las bajas en la Tasa de Política Monetaria».
Por último, el Banco Central concluyó que la economía chilena ha avanzado en «la resolución de los desequilibrios macroeconómicos de años previos, pero está enfrentada a un complejo escenario externo».
Por eso, señaló que «un deterioro en las condiciones financieras podría afectar la actividad económica local, con impactos significativos en el mercado laboral y los ingresos, y con efectos para usuarios y oferentes de crédito locales».
Lo anterior, enfatizó el instituto emisor, reafirma «la necesidad de continuar fortaleciendo la resiliencia y capacidad del sistema financiero para amortiguar eventos adversos».
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