Las acciones argentinas en Wall Street se dispararon este lunes, tras la victoria del candidato de ultraderecha Javier Milei. El mercado reaccionó con euforia a los anuncios de Milei en las primeras horas de la jornada, entre los que se destacó su intención de avanzar en la privatización de distintos activos estratégicos de la Argentina como la petrolera YPF. Esa empresa fue la que más aumentó en la bolsa de Estados Unidos con un salto del 40 por ciento, para terminar en torno de los 15 dólares por acción.
El presidente electo aseguró que esta compañía volverá a ser exclusivamente de capitales privados, tal como ocurrió en los noventa, aunque dijo que «primero hay que recomponerla». El aumento de los precios de las firmas argentinas fue en varios sectores, incluidos los bancos, uno de los segmentos más expuesto a las propuestas de dolarización que plantea Milei.
En detalle, el Banco Macro marcó un incremento del 20 por ciento, mientras que el Supervielle subió 24 por ciento y el Grupo Financiero Galicia registró un avance del 17 por ciento en las pizarras de Wall Street.
La euforia inicial del mercado por el triunfo del candidato ultraliberal puede terminar siendo efímera, en la medida que empiecen a ponderarse la dificultad, efecto e impactos no deseados de las políticas que pretenden ponerse en marcha. Por ejemplo, la intención de dolarizar y de cerrar el Banco Central del Javier Milei parece seguir siendo parte de la agenda y el grueso de las consultoras del mercado aseguran que la probabilidad que esa estrategia termine bien es bajísima.
En contraste, los analistas consideran que existe riesgo de una corrida cambiaria de proporciones siderales, en donde le dólar no encuentre techo, al mismo tiempo que plantean que puede ser un paso directo a la espiralización de los precios (es decir, al inicio de un proceso de hiperinflación).
La consultora 1816 en un informe especial planteó en forma resumida los riesgos a considerar. “El escenario de dolarización sería caótico. En lo económico, porque sólo parece posible dolarizar a un tipo de cambio tan alto que implica una probable hiperinflación durante la transición hacia el nuevo régimen (monetario)”, planteó el documento que lleva el sello de los tres directores de 1816.
Al mismo tiempo, agregaron otra dimensión al conflicto: “En lo político, también puede ser caótico porque un enfrentamiento potencial entre el Poder Ejecutivo y Poder Legislativo podría desembocar en una crisis institucional”.
Por si fuera poco, se aclaró que el escenario sin dolarización tampoco será sencillo, puesto que tendría de entrada la credibilidad totalmente socavada por la postura histórica de Milei respecto del peso. Puesto de otro modo: las alternativas para poder abordar la política en el frente monetario entraron en una encrucijada.
Volviendo a la reacción del mercado, los inversores siguieron minuto a minuto distintos detalles que fueron apareciendo con el correr de las horas, como declaraciones sobre posibles medidas, especulación con candidatos claves para cubrir la gestión de la áreas económicas y financieras, e incluso las señales de los organismos internacionales.
El Fondo Monetario Internacional estuvo entre los que envió los primeros mensajes a través de Kristalina Georgieva y llamó a construir un plan “sólido” y a trabajar “estrechamente”. Milei le había prometido al FMI hace unos meses hacer un ajuste fiscal más brusco de lo que incluso pedía el propio organismo de crédito
/