Los obispos católicos, a través de la Conferencia Episcopal de Chile, consideran «evidente que un texto constitucional no resolverá de inmediato las dificultades que hoy padecemos, pero sea cual sea el resultado del próximo plebiscito, es necesario que nos dispongamos con más decisión a avanzar juntos, abordando con premura los urgentes desafíos sociales y políticos que Chile tiene, más allá de nuestras legítimas diferencias y pluralidad de miradas».

No obstante, y citando la Doctrina Social de la Iglesia Católica, estimaron que «desde estos principios y valores, no observamos objeciones éticas determinantes en la propuesta constitucional, lo que significa que es legítimo que ante las soluciones y normas que ella contiene, pueda haber en la ciudadanía posturas diversas y plurales».

Sobre la redacción propuesta, de que «la ley protege la vida de quien está por nacer», en vez «del que está por nacer» actual, los representantes católicos cree que se hace un reconocimiento más explícito de la persona humana, lo que permite «un resguardo más riguroso ante eventuales proyectos de leyes que pretendan promover el aborto libre».

Además, «destacan los principios que buscan un fortalecimiento de la familia y las normas sobre el derecho a la educación, recordando que la propuesta adopta un sistema de provisión mixta de educación ‘siguiendo criterios de razonabilidad y sin discriminaciones arbitrarias, todo lo cual fortalece el principio de la libertad de enseñanza’, sin ‘que el Estado renuncie a las funciones que le son propias, pues se le impone la obligación de fortalecer el sistema público en todos los niveles'», detalló un comunicado.

Respecto a la libertad religiosa, las normas propuestas «son un aporte a la vigencia de este derecho fundamental, ahora explicitado constitucionalmente».

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